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Si algo he deseado siempre como Dominante es dar con una sumisa, que desease algo estable, (más difícil de lo que pensáis), que a la vez fuese mi pareja. Llevo años en páginas de dominación, de contactos. En una de estas páginas leí un perfil de una mujer de 41 años de una provincia ni cercana ni lejana a Granada, no ponía mucho, lo suficiente para llamar mi atención:
“Soy nueva por aquí, algo liberal y curiosa, me gustaría experimentar, conocer y disfrutar si eso se pudiera hacer como sumisa”.
Le escribí un mensaje a través de la página web, presentándome, invitándola a visitar mi perfil y si le gustaba, querría saber más de ella, saber que deseaba encontrar.
Le deje mi Messenger.
Al cabo de un par de días, cuando ni me acordaba de ella, (soy una persona con las ideas muy claras y no soy de atosigar o perseguir a nadie solo por el hecho de ser sumisa), me saltó una solicitud en mi MSN, al ver que el nombre de la solicitud se parecía a su Nick, lo agregué.
Buenos noches Sire Leo.
Buenas noches morenitaxx.
Gracias por dirigirse a mí, he leído su perfil y me ha gustado, tenemos deseos en común.
Espero que esos deseos no será encontrar sumiso, jajajaja.
No, jajajaja, en eso mi deseo es el contrario.
Se le notaba nerviosa, escribía y borraba.
Se que no tienes experiencia, así que pregunta lo que desees, sacia tu curiosidad.
Gracias.
Si das este paso, lo tienes que hacer muy segura de con quién y lo más importante muy segura de ti.
Da un poco de miedo.
Eso es bueno, porque jamás las ganas tienen que estar por delante de la razón. Llegará el momento en que le perderás el miedo, lo que nunca has de perder es el respeto.
Se fue tranquilizando, hablándome de gustos, de necesidades, de lo que le gustaba, de lo que no haría, de los limites en general. En un momento a lo largo de los días que nos fuimos conociendo, me dio por pensar que me conocía, que estaba jugando conmigo, demasiadas cosas en común, en gustos de Amo y sumisa. No sería la primera vez que me pasase y seguro que no he sido el único, ya sea Dominante o sumiso. Se lo hice saber, le escribí mis dudas, y contestó de una forma que no esperaba, conectó la cam de su ordenador. Se disiparon todas mis dudas, era mejor, mucho mejor de cómo se había descrito, morena, estaba sentada, calculé que media uno sesenta y tantos largos, ojos negros y grandes a pesar de las gafas que tenía puestas y unas tetas que al llevar una blusa muy pegada se le veían grandes.
Aquí me tienes, para que veas que soy real ¿y tú?
No contesté al instante, tardé cinco minutos, veía como escribía y borraba, no se atrevía, me hizo pensar que se había mostrado por temor a perderme, llevábamos dos meses hablando, poco a poco me iba introduciendo en su mente con pequeñas peticiones, cómo a qué hora conectarse,
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qué ropa se debía de poner para hablar conmigo y los últimos días me contaba cuando se masturbaba, que no eran pocas veces. Le contesté, dando un paso más...
No te he pedido que te muestres PERRA, lo has hecho porque tú has querido, a mí me veras el día que te des cuenta de que soy tu AMO y que no puedes vivir sin mí.
Perdona, no quería molestarte.
Lo has hecho -mentira, pero me iba a tirar a la piscina de cabeza, lo mismo me estrellaba-, esto no va bien, llevamos dos meses y aun me tuteas, cuando ya deberías de llamarme AMO o SEÑOR.
Por favor SEÑOR, perdone mi torpeza, no lo sabía, no me había dicho nada.
Te dije que me gustan las sumisas con iniciativa, no las tontas.
Por favor AMO, ¿Qué tengo que hacer para que me perdone?
Ponte de pie que te vea, espero por tu bien que lo que llevas puesto coincida con el mensaje que me has puesto esta mañana PERRA.
Lo hizo, coincidía en todo, en la blusa, en la falda, en las medias y en los zapatos.
Voy tal y como le dije AMO.
No lo puedo comprobar del todo PERRA.
Lo captó al instante, porque se puso roja como un tomate.
Por favor AMO, nunca lo he hecho, no me pida eso.
No pasa nada PERRA, cuando estés dispuesta a obedecer y confiar en mí, escríbeme.
Nooooooo, por favor AMO, lo voy a hacer.
Se volvió a poner de pie, lo suavice un poco, no quería que se sintiera obligada.
No tienes que desnudarte, súbete un poco la falda hasta que vea si corresponden tus bragas con lo que me has escrito y la blusa solo ábretela un poco.
No pudo evitar que notara el suspiro que se le escapó.
Mañana te quiero a las 23.00, llegaré más tarde a casa.
Hasta mañana SEÑOR, aquí estaré.
Por primera vez no me despedí, cerré Messenger y sabiendo que me iba a ver, me metí en la web de contactos donde nos habíamos conocido. Por la mañana estando en la oficina, recibí un correo, me extraño, nunca lo había hecho, me temí lo peor.
“Buenos días Amo, espero que no le moleste que le haya escrito a su correo sin su permiso, necesitaba hacerlo y como fue usted el que me dijo que siempre estará para mí, aquí estoy escribiéndole. Anoche cuando se fue sin despedirse, me quedé parada, no sabía si seguía enfadado conmigo, pero a la vez terriblemente excitada, no he podido evitar masturbarme varias veces a lo largo de la noche. Lo deseo como Amo, sé que puedo ser lo que usted desea, lo que usted quiera que sea. Deme otra oportunidad, no le voy a fallar, me hace feliz, hasta mis compañeros me lo han dicho, que se nota que tengo a alguien”.
“Perdone a esta estúpida perra si le molesta lo que le voy a decir, le quiero”.
Lo tuve que leer varias veces, porque esperaba cualquier cosa menos esa, me dio por pensar que había desperdiciado más tiempo del que creía que necesitaba para entrar en su mente.
“Buenos días Perra, no estaba
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enfadado, solo molesto, por tu desconfianza, espero que sea cierto lo que me acabas de escribir, porque si no es así, desapareceré para siempre. Esta noche te quiero solo en lencería, medias y zapatos delante del ordenador Perra”.
No recibí respuesta alguna, tampoco era necesario, tendría mucho que pensar, si dar el paso de mostrarse ante alguien que no había visto ni en foto. Espere a que pasasen cinco minutos de las once para conectarme, comprobando que estaba conectada.
Buenas noches PERRA.
Buenas noches SEÑOR.
A la vez recibí la invitación para verla a través de la cam. Cuando pude verla, estaba ufffff, solo veía su cara y un sujetador negro de encaje, de media copa, lo que hacía que sus tetas sobresaliesen más y se le viese medio pezón.
– ¿Le gusta AMO?
No lo puedo saber si estás sentada PERRA.
Perdón.
Se levantó, retirándose un poco, ufffff, medias negras de rejilla, zapatos con un tacón de vértigo y unas bragas negras, que cuando empezó a girarse, sin que se lo hubiese ordenado, no le tapaban nada del culo, parecían más un tanga.
Retira la silla de la mesa, siéntate y masturbarte para tu AMO, PERRA.
Estaba tensando mucho la cuerda, a raíz del correo que me había mandado esta mañana, había decidido hacerlo. Sin dudar y sin hablar, retiró la silla y mirando a la pantalla, abrió todo lo que pudo las piernas e introduciendo una mano entre las bragas, apartándolas, empezó a masturbase, usando la otra mano, para bajarse las copas del sujetador, sobarse y pellizcarse los pezones. No tardo ni cinco minutos en correrse, soltó un grito, que hizo que se resbalara de la silla, dando con su culo en el suelo. Se puso de pie, pero no se movió, hasta que no me vio escribir.
Puedes sentarte PERRA, gracias, el viernes te premiaré.
– ¿El viernes SEÑOR?, hoy es miércoles, ¿no vamos a hablar mañana?
No he dicho que no vayamos a hablar Perra, solo que el viernes te voy a premiar, mañana está atenta a tu correo, sobre las once recibirás uno con indicaciones. Buenas noches PERRA.
Buenas noches AMO, gracias.
Un poco pasadas las once le envié el correo prometido.
“Mañana a las nueve de la noche quiero que estés en Santa Justa, no sé en que anden entrara el tren de Granada, supongo que cuando estés allí lo veras en alguna pantalla. Espero sepas presentarte ante tu AMO.”
“Antes iras a un sex shop y compraras un huevo con mando a distancia, dejo que elijas el que más te guste, te aseguro que no tendrás problemas, sabrán perfectamente a que te refieres, les pides que te lo dejen listo para usar en cualquier momento y lo metes en el bolso PERRA.”
Tardó un par de horas en contestar...
“Ya estoy de los nervios SEÑOR, ¿Cómo lo reconoceré?, ¿para cuantos días viene?, ¿se va a quedar en mi casa?”
“Me voy a morir de la vergüenza SEÑOR, jamás he entrado
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en un sex shop”.
“Perdone mi tardanza, no me he quedado sola en mi despacho hasta ahora mismo y voy a tener que irme, no doy pie con bola, no puedo concentrarme y creo que no hace falta que le diga que casi me corro solo con leer su correo”.
Le conteste sobre la marcha...
“Jajajaja, me alegro haber provocado ese casi orgasmo, jajajaja, respondiendo a tus preguntas; yo te reconoceré, tú limítate a ser puntual, me voy a quedar todo el fin de semana y sobre lo de quedarme en tu casa, depende de ti, tú tienes la última palabra”.
“No contestes ahora, ahora sería una respuesta condicionada, mañana cuando me conozcas en persona, hablemos y nos tomemos algo, será el momento de decidir”.
“No respondas al mensaje, no vamos a tener contacto hasta mañana y por supuesto tienes prohibido tocarte, masturbarte y por ende correrte”.
“Hasta mañana PERRA.”
Sabía perfectamente que el decirle que no íbamos a tener contacto hasta que nos viésemos la iba a poner aun más de los nervios. Cuando salí de trabajar, me fui a casa a preparar la maleta, metiendo en ella correas, cuerdas, flogger de distintos tamaños e intensidades, varias palas y una regla de cuero a la que le tengo un cariño especial. Dentro de la seguridad que tenía, debido a los acontecimientos de los dos últimos días, me quedaba una pequeña duda, de haber ido despacio pase en dos días a precipitarlo todo, pero a veces arriesgando no solo se gana, también esa victoria tiene más valor. Esperaba que mi intuición no fallara, no nos habíamos intercambiado los números de teléfono y podía pasar que una vez en Sevilla, me encontrase solo. En el tren, que por suerte no iba muy lleno, me dediqué a repasar todo lo hablado y vivido hasta ese día con ella, lo que hizo que el trayecto se hiciera corto. Al bajarme del tren, allí estaba, buscando a ver si descubría quién era yo, se la veía nerviosa y hasta un poco impaciente, pasé delante de ella pero no me paré y me puse cerca observándola. Su nerviosismo iba a más, al ver que ya no quedaba nadie en el tren, empezó a pasear.
Me acerqué y presenté, escapándosele un suspiro de alivio...
Pensé que no había...
No la dejé terminar, cogiéndola del pelo para ver su reacción, la besé, le metí la lengua, saboreé su boca, su reacción no pudo ser más positiva, se agarró a mí y respondió cómo ni yo esperaba, separando su boca de la mía, se agarró más fuerte, metiendo su cabeza en mi cuello, soltó un gemido de placer, se estaba corriendo. Notando que temblaba todo su cuerpo, me separé y la miré de arriba abajo, quería ponerla un poco más nerviosa.
Me gusta lo que veo, y lo que he notado PERRA, jajajaja.
Lo siento AMO, no he podido evitarlo, no sabe usted lo mal que lo he pasado, sin poder tocarme, sin poder correrme, solo de pensar en que iba a estar delante de
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usted, he estado a punto de correrme varias veces, ni se las veces que me he tenido que cambiar de bragas, jajajaja.
Vamos a cenar algo, ¿Cómo has venido?
En mi coche AMO, lo tengo fuera aparcado.
Llévame a cenar y cómo es tu terreno, te dejo elegir,
Gracias AMO, sé que le va a gustar el sitio.
Al llegar al coche y antes de entrar se quitó el abrigo que llevaba, quedándose con una falda negra de vuelo por encima de las rodillas, una blusa de lunares blancos y negros de seda y transparente, dejando ver un bonito sujetador negro de encaje, medias negras y unos zapatos de tacón fino y alto. Se dio cuenta que la estaba mirando...
Espero que le guste AMO.
Ufffff, hasta ahora mucho PERRA.
Se rio, una risa nerviosa, todavía se le notaba que no estaba tranquila. Esperó a que entrara en el coche para hacerlo ella y al hacerlo se subió la falda sentándose sobre su culo, me miró y se la subió hasta dejarme ver unas bragas negras de seda y encaje.
Me he tomado la libertad de hacer una reserva esta mañana...
Antes de que arrancara e interrumpiendo lo que me estaba contando, lleve mi mano a su coño, no me dio tiempo ni a tocarlo, cuando vi que estaba chorreando, sus bragas apenas podían contener los jugos, metí varios dedos y bruscamente, mirándola a los ojos, empecé a entrar y salir de ella.
Córrete otra vez PERRA.
Lo hizo, no tardó ni dos minutos en estar jadeando, se tuvo que agarrar al volante, teniendo un squirt, que dejó la tapicería perdida, menos mal que se había subido la falda. Saqué los dedos y aun con la respiración agitada, se los metí en la boca, no hizo falta decirle nada, los dejó relucientes, tanto que si no se los saco de la boca se hubiese corrido otra vez.
– ¿Estas bien PERRA?
Ufffffff, en el cielo, o en el infierno, da igual, jamás me había corrido así SEÑOR, tendremos que ir a mi casa a cambiarme.
De eso nada, vamos a cenar.
Me miró y al ver mi cara bajo la cabeza.
Cómo desee MI AMO.
No tardamos mucho en llegar al restaurante, que fue de mi total agrado, es uno de los mejores de Sevilla. Al ser solo dos y pese a estar muy concurrido, tuvimos suerte y nos pusieron en una esquina, lo que nos permitía libertad para hablar sin que nadie nos oyese. Se quitó el abrigo para sentarse, dejándose un pañuelo de seda que llevaba, tapando sus pechos.
Dame el mando del huevo PERRA.
Esperaba que no se acordarse SEÑOR -riéndose-
Ve al baño y póntelo PERRA.
Se levantó y se acomodó el pañuelo.
Quítate el pañuelo PERRA.
Por favor AMO, se me va a ver...
Me da igual, quítatelo.
Se lo quitó, le temblaban las manos, efectivamente al ser el sujetador cómo el de la primera noche que se mostró en ropa interior para mí, de media copa, los pezones le sobresalían y se les veían perfectamente a pesar de la blusa. Haciendo de tripas corazón y
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totalmente roja, y cómo me reconoció luego, excitadísima, se dirigió al servicio. Hizo gentes y de los dos sexos, era todo un espectáculo verla. Al volver, venía más tranquila, hasta se recreó más mientras llegaba a la mesa.
Ufffffff, AMO siento mis jugos bajar por las medias.
Se acercó el camarero y accioné el huevo, pillándola tan desprevenida que dio un pequeño salto, hasta el camarero creía que se había asustado por algo, se puso de todos los colores, aguanto el tipo muy bien, su cara estaba roja, su sonrisa de estar a gusto complaciéndome, lo decía todo.
Si sigue usted conectando y desconectando el huevo, me voy a correr aquí mismo AMO.
No quería que se corriese todavía, paré el mando, la deje tranquila y terminamos de cenar con una conversación amena, donde nos pusimos más al día de nuestras vidas. Terminamos de cenar y pedí la cuenta.
Mientras traen la cuenta ve al baño y quítate el sujetador PERRA.
Si la pinchan no sangra, de cómo se quedó, aun así y al ver mi cara y constatar que no era broma, se levantó y se fue al baño.
Al volver me fijé, no solo yo, jajajaja, todo el mundo volvió la cabeza, más por el movimiento, no eran nada pequeñas, y si muy bien puestas y firmes, que porque se le transparentase, eso sí, los pezones iban a atravesar la blusa de los duros que estaban. Coincidió que se iba a sentar con la llegada del camarero con la cuenta, que no se le cayó de milagro, al toparse con unas tetas como las de MI PERRA.
Pago yo SEÑOR y espero que le haya gustado.
Lo que más me ha gustado de la cena eres tú PERRA.
Se sonrojó.
Pago yo PERRA, te has portado muy bien.
No la deje pagar, nos levantamos y cogí su abrigo para impedir que se lo pusiera, esta vez hasta a mí me dejó con la boca abierta, hizo una salida triunfal, creo que hasta una pequeña figura de hielo que había, se derritió. Al salir si le puse el abrigo por encima de los hombros, hacia frio.
– ¿A dónde vamos SEÑOR?
Hora de decidir PERRA, o a tu casa que a partir de ahora será la mía, o a un hotel.
A su casa AMO.
Me gusto la respuesta, tanto que puse el huevo a máximo rendimiento, lo que hizo que se tuviera agarrar a mi brazo, se corrió, más bien se meó, tuvo otro squirt, dejando el suelo mojado. Llegamos a su casa, que para mi sorpresa, vivía en una casa adosada a las afueras de Sevilla, algo que no sabía, abrió la puerta de la cochera con el mando, aparcamos y fue a salir, no la dejé, estaba excitadísimo y empalmadísimo, la cogí del pelo mientras con la otra mano me desabrochaba el pantalón y sacaba mi polla, metiéndosela en la boca. La trate bruscamente, con fuerza, con mis dos manos le marcaba el ritmo, a veces le costaba respirar y con sus manos hacia fuerza en el asiento para intentar soltarse. No aflojé ni un instante...
Me corroooooooo ufffff,
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PUTA, me corroooooooo.
Me vacié en ella, una corrida abundante después de varios días sin correrme. La dejé alzar la cabeza, viendo cómo puso su mano bajo su barbilla, para recoger la parte de mi corrida que no pudo retener en su boca, pero lo que más me gusto fue su cara de satisfacción, de excitación. Terminó de tragarse mi corrida, llevándose a la boca la que había recogido con sus manos, que se relamió cuando lo hizo.
La dejé alzar la cabeza, viendo cómo puso su mano bajo su barbilla, para recoger la parte de mi corrida que no pudo retener en su boca, pero lo que más me gusto fue su cara de satisfacción, de excitación. Terminó de tragarse mi corrida, llevándose a la boca la que había recogido con sus manos, relamiéndose cuando lo hizo.
Así terminó el capítulo anterior...
Gracias AMO, ha sido más de lo que cualquier mujer sumisa podría desear en su primera vez.
Sal del coche PERRA, guíame por tu casa.
Su casa SEÑOR, espero que a pesar de mi torpeza y desconocimiento, me acepte usted cómo su más servicial sumisa.
A pesar de cómo me acababa de decir, su desconocimiento, nada más bajarse del coche, se desabrochó la falda, dejándola caer por sus piernas y sin apartar su mirada, se desabrochó la blusa, quedándose solo con las medias, braguitas y zapatos. Rezumaba clase en todo lo que hacía, no corría, disfrutaba tanto cómo yo, cada movimiento, cada gesto.
– ¿Me sigue?
Cogí mi maleta y la seguí, me tenía intrigado la seguridad que había cogido desde que salimos del restaurante. El acceso de la cochera a la casa era por la cocina, pero no se detuvo, salimos a un recibidor grande, donde había varios sillones y una mesita con prensa y revistas. En ese momento me di cuenta de que realmente no sabía mucho de su vida privada, solo que era soltera, porque en todo momento habíamos hablado de deseos, de gustos, de formas de ser. La seguí a través de las escaleras que nos llevaron a otro recibidor pequeño donde se veían tres puertas, girando a la izquierda seguimos subiendo a otra planta, que daba directamente a su habitación, esta era amplia y tenía que ser muy luminosa, tenía unas grandes puertas de cristal que por lo que pude distinguir daban a una terraza. Se paró al llegar a la cama y se giró por primera vez en todo el recorrido.
– ¿Por qué has empezado por aquí?
Porque si algo me excita es vestirme para usted, sentir su control aunque no estuviese, elegir mi ropa para que usted se sintiera orgulloso de mí. Cuando usted me escribió que le gustaba una sumisa elegante tanto en la forma cómo en el vestir, casi me corro y desde ese día he ido descartando lo que he pensado que no le iba a gustar, no lo he tirado, simplemente lo he puesto todo en una esquina del vestidor, por si dentro de lo que he descartado hay algo que a usted le
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guste.
Solté la maleta.
Vamos al vestidor.
El vestidor no era muy grande, pero si muy bien organizado, todo lo que se veía a simple vista, eran faldas, blusas, camisetas, trajes de falda y chaqueta, abrigos y chaquetas, varias estanterías llenas de zapatos, todos de tacón, de todo tipo de altura, bajo las estanterías media docena de botas, un par de botines y cinco pares de zapatillas de deporte.
En una de las paredes había dos cajoneras grandes...
– ¿Le abro los cajones o desea hacerlo usted SEÑOR?
Me tuvo que ver la cara de satisfacción y de admiración, porque se le escapo una sonrisa, que aun la hacía más bella. Le sonreí y me dirigí a los cajones, en la primera cajonera todo era lencería, pude ver que había bastantes aun con la etiqueta, también había infinidad de medias. En la segunda cajonera todo lo que había eran mallas y top de deporte, ropa interior deportiva, donde si tenía tangas.
Se me anticipo...
Los tangas los uso solo para el gimnasio SEÑOR.
Jajajaja, por ahora los voy a dejar.
Me volví y en una esquina vi colgado todo lo que había apartado, pantalones vaqueros y de vestir, no muchos, sobre una de las estanterías, tangas y varios juegos de bragas y sujetadores beige, en el suelo varios zapatos planos, un par de botas y un puñado de calcetines tipo media y muy pocos pantys.
Veo que no mentiste cuando me dijiste que eres más de falda que de pantalón, déjalos ahí, hay sitios donde lo apropiado es ir con vaqueros. La ropa interior y los zapatos o los tiras o los donas.
Estaba otra vez empalmado, normal, viéndola moverse, viendo ese culo.
A la cama, ponte a cuatro patas cómo la PERRA que eres.
Puse mi maleta delante de ella en la cama, la abrí y saqué mi regla de cuero.
– ¿Qué has sentido cuando te has comido una polla por primera vez?, ¿Cuándo has sentido mi corrida en tu boca?, ¿Cuándo la has saboreado?
Mientras le hablaba me desnudé, cogiendo en la otra mano el mando del huevo.
Deseo SEÑOR, lo deseaba desde que me ha besado en la estación, felicidad de gustarle...
No la dejé terminar, le di un azote fuerte con la regla, descolocándome su reacción y respuesta.
Gracias SEÑOR, lo deseaba.
No le di más, solté la regla me subí a la cama, me acerqué a su oído...
Voy a desvirgarte la otra parte de ti que aún es virgen PERRA.
Lo deseo SEÑOR, quiero y deseo ser suya.
Puse el huevo a máxima velocidad, tiré el mando al suelo y colocándome de rodillas tras ella aparté la braga y se la metí en su culo de golpe, eran tantos los jugos que llevaba destilando, amén de las corridas que había tenido, que entró de golpe en un culo estrecho, aun así vi cómo se agarraba a las sábanas con fuerza y cómo se le escapó un grito de dolor, pero no tardó en recomponerse y empezar a gemir. Cuando noté que se había adaptado su culo a mi
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polla, empecé a entrar y salir con fuerza, la sacaba y la volvía a meter, ya no se quejaba solo gemía.
Me voy a correrrrrrr, ¿puedooooo?
Córrete PERRA, hazlo quiero sentirte.
Vaya si lo hizo, intentando no caer sobre la cama, para que no se le saliese mi polla de su culo, hincó la cabeza en la cama intentando ahogar sus gritos de placer. Lo del squirt se estaba convirtiendo en algo habitual, salió con tanta fuerza que con braga y todo su corrida chocaba en mis piernas y caía sobre la cama.
Estaba también a punto de correrme y seguí entrando y saliendo de ella, hasta que no pudiendo más me vacíe en su culo, a la vez que se volvía a correr con la misma intensidad.
Me salí dejándome caer junto a ella, que no se movió.
– ¿Puedo tumbarme SEÑOR?
Me sorprendió y me gustó, sobre estos detalles jamás habíamos hablado, además de que en ese sentido no soy tan estricto.
Sácate el huevo antes PERRA.
Se metió la mano en su coño y lo sacó aun vibrando, pero cómo el mando estaba en el suelo, se lo quité de las manos y lo tiré, manchándome la mano de sus jugos, se la metí en la boca dejándomela limpia y terminando, relamiéndose. Miré la hora en el reloj que tenía en su mesita de noche, solo había una y vi que eran las doce de la noche pasadas. Estaba o estábamos cansados, pero por mi parte no tenía ni una pizca de sueño.
No tengo sueño PERRA, pero si quieres dormir lo puedes hacer, aunque antes tendrás que cambiar la ropa de la cama, jajajaja y yo ducharme, que me has puesto perdido.
Lo siento AMO, nunca me he corrido así, se lo aseguro -lo dijo poniéndose roja-, no tengo sueño, si le apetece se puede duchar mientras arreglo este desastre, jajajaja y nos podemos tomar una copa o lo que usted desee.
Deja la cama ahora, vamos a la ducha.
Pegó un salto de la cama, me tendió la mano, la cual cogí y me guio a su baño, amplio, bañera independiente de la ducha. Se descalzó y entramos en la ducha, me gustó que no hiciera intención de quitarse nada.
Me lavó cada parte de mi cuerpo mientras lo besaba, hasta que la pare, me salí...
Termina de ducharte, te espero en la habitación.
Cogí una toalla, había sido previsora cómo luego supe y había puesto una toalla para mí. Estaba poniéndome un pantalón corto y una camiseta, cuando apareció ella, preciosa, diosa y desnuda.
Se dirigió a una de las puertas de cristal y abriéndola...
Podemos sentarnos aquí AMO, es mi sitio preferido de la casa.
Entre tras ella y me gustó mucho lo que vi, la terraza la tenía totalmente cerrada y acristalada. Dos sillones, uno sin uso, el otro sí que se notaba bastante usado, una mesa baja llena de libros y en un lateral tenía una repisa grande, con dos tazas, una tetera, una cafetera italiana muy nueva, varios vasos de cristal, una botella de ron y otra de ginebra Hendricks, me
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acuerdo de la marca porque desde ese día es la que bebo, una cubitera, una vitro de un solo fuego y debajo había un pequeño frigorífico.
– ¿Y todo esto?
Es donde me relajo, donde...
No me refiero a eso PERRA, me refiero a que hay cosas fuera de lugar, a que la cafetera es nueva, las bebidas sin abrir y del sillón ni te cuento.
Espero que no se enfade por mi osadía AMO, pero quería que se sintiera cómodo.
– ¿Y todo esto lo has comprado por mí?
Poniéndose roja y bajando la cabeza por primera vez desde que llegamos a su casa.
Si, desde que me dijo que venía, mi mayor deseo es que no desee irse y el jueves compré todo, hasta el sillón, que tuve que pagar un plus para que lo entregaran hoy.
Tenemos que hablar, ve a ponerte algo.
No hacía frio, al revés estaba muy caldeada y la temperatura era muy agradable, quería ver hasta donde llegaba en su entrega.
Me voy a poner una copa, tú quieres algo.
Ron con limón AMO, en el frigorífico tiene tónicas y limones ya cortados y en el congelador hay una bolsa de hielo.
Se metió en la habitación mientras yo preparaba las copas, cuando me di la vuelta para dirigirme a los sillones con las copas en mis manos, casi se me caen. Estaba en la puerta, bragas y sujetador de encaje blanco con liguero a juego y unas medias blancas, transparentes con costura trasera negra y unos zapatos de tacón blancos con la punta negra. A pesar de mis dos corridas, me volví a empalmar, si no llega a ser por el cansancio, me la hubiese follado allí mismo.
Ufffff, estas preciosa PERRA, siéntate, creo que tienes mucho que contarme.
Gracias AMO, me hace feliz que le guste.
Nos sentamos, tuve que mover mi sillón nuevo para ponerme frente a ella.
Es fallo mío, porque solo hemos hablado de tu sumisión, de Amo y sumisa, tampoco esperaba estar aquí hoy, así que háblame de ti, de la persona, porque me tienes descolocado.
– ¿Qué quiere saber?
Todo, cómo si nos acabásemos de conocer.
Jajajaja, de acuerdo.
Me llamo Olga, tengo 41 años, soltera, gaditana pero llevo viviendo en Sevilla desde los 10 años, soy doctora especializada en ginecología, trabajo en el Virgen del Rocío y además abajo tengo mi consulta privada. He tenido varias parejas, al principio bien, pero con el tiempo me aburria, siempre decidía yo, siempre llevaba la voz cantante. A través de una amiga llego a mis manos un libro “El infierno de Gabriel” que resulto ser una trilogía la cual le puedo asegurar que me he leído mil veces, me hacía sentir viva, fantasear con encontrar alguien cómo él. Cometí varios errores y quise experimentar, siempre he tenido una mentalidad abierta, y me estrellé, solo encontraba gente que quería follar sin más, de hecho no disfrutaba, me sentía incomoda, no voy a decir que no llegase a correrme, pero jamás se la chupé a ninguno, que lo
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mismo si me hubiesen obligado lo hubiese hecho y disfrutado, pero era decirles que no y pasaban de intentarlo y analmente jamás me lo han pedido.
Jajajaja, por eso pusiste “a ser posible cómo sumisa”
Si AMO, precisamente por eso.
– ¿Y por qué yo?
En su perfil pone que es protector, que le gusta cuidar de su sumisa, que no desea sesionar, que deseaba encontrar quien lo necesitase, quien supiese ser su sumisa y a la vez su pareja.
Pone más cosas, pero si, eso lo he escrito yo.
Para mí fue leer protector y mi mente irse a los libros, a mi deseo de sentirme protegida, cuidada, aunque no me hiciese falta, saber que lo estoy. Después en nuestras conversaciones, cuando usted se despedía, necesitaba más y no deseaba otra cosa que llegara la tarde noche para hablar con usted. Me fui descubriendo a través de sus palabras, me fui dando cuenta de que necesitaba ese control que usted ejercía sobre mí, desde el día que me dijo cómo le gusta que vista su sumisa, he vestido así, descarté el resto de vestuario, lo sentí cómo una orden, supongo que a través de sus palabras descubrí que necesito quien ponga orden en mi vida, que no es que mi vida sea desordenada, al revés demasiado ordenada y estructurada, pero aburrida. Leí más sobre sumisión y lo raro es que no me sonaba raro, es que yo soy así. Creo que a través de sus palabras me enamore de usted.
Sabes que yo tengo diez años menos que tú, que para mí no es un problema...
Ni para mí, cómo si tuviese 80, me he enamorado de su ser, de su mente, no de su edad ni de su físico.
A parte de lo que leíste, había más, porque otra cosa no, pero siempre he sido claro contigo sobre mis gustos, mis deseos.
Lo sé y deseo cumplir el más mínimo de sus deseos.
Sacia mi curiosidad, ¿por qué has estado tan nerviosa en la calle y de repente te has mostrado tan segura al llegar aquí?
Los nervios no eran por estar en la calle AMO, era por no fallarle, por gustarle y al entrar en mi casa o mejor dicho su casa si así usted lo desea, sé que usted estaba satisfecho, porque si no fuese así, ahora mismo estaríamos en un hotel y no aquí.
Me gustas mucho, incluso antes de tenerte delante de mí, y no quiero engañarte ni mentirte, no puedo decir que te quiera o que este enamorado de ti, me he llevado más de un palo y quiero ir despacio, ver cómo nos va, no solo cómo Amo sumisa, sino cómo pareja.
Lo sé y lo entiendo SEÑOR, pero hay reside mi seguridad, sé que a pesar de la edad, soy lo que usted desea, y no porque yo tenga que cambiar en nada, sino porque soy así, porque mi deseo es el mismo.
Solté mi copa, la cogí de la mano y la atraje hacia mí, haciendo que se sentara en mis rodillas la bese con pasión, mientras mis manos se perdían en sus pechos, sacándolos del sujetador. Pasaba de su boca a sus pechos, se los
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mordía, lamía, sintiendo su dureza en mi boca, a la vez que mi mano se perdía entre sus piernas, mis dedos entraban en un coño ya chorreante, hasta que sentí cómo se abrazaba fuertemente a mí, cómo busco mi boca con la suya, para correrse, para que sus gemidos se perdiesen en mi boca. Fue intensa, se quedó abrazada a mí, con la respiración agitada, temblando. Me levanté y llevándola de la mano, retiré la ropa de la cama, la tumbé, aparté su braga y llevando mi boca a su coño, empecé a lamer, chupar, morder, jugar con sus labios con su clitoris, hasta que noté cómo se volvía a tensar, cómo llevaba sus manos a mi cabeza y cómo se volvía a correr desmesuradamente en mi boca, no dándome tiempo casi a tragar. No deje que se recuperara, fui subiendo, besando cada milímetro de su piel, hasta llegar a su boca, que volví a besar a comer, me incorporé y poniendo sus piernas sobre mis hombres, la penetré por primera vez su coño.
Ufffffff, me gustassss, PERRA, voy a correrme dentro de ti, ufffffff.
Siiiii aggggg y yo AMO, quiero correrme con usted.
No hubo más palabras, solo gemidos, nos corrimos los dos a la vez. Me dejé caer a su lado, la abracé y nos quedamos dormidos...
CONTINUARA...
Esta historia es real, de hace muchos años, no de mi primera sumisa, pero sí de mi primera pareja durante...
Soy Amo, me encanta la dominación, me gusta tener, someter y humillar a parejas y a quien se quiera iniciar, necesitar un tutor o conocer este estilo de vida.
No hubo más palabras, solo gemidos, nos corrimos los dos a la vez. Me dejé caer a su lado, la abracé y nos quedamos dormidos...
Así terminó el último capítulo...
Me desperté temprano, comprobando que no estaba a mi lado, pero sentí una música que procedía de la terraza, me levanté y asomé...
Buenos días AMO, ¿ha dormido bien?
Uffff, en la gloria Olga, ¿y tú?
Llevaba tiempo sin dormir así, jajajaja, pero suelo madrugar mucho, aunque me acueste tarde, me he salido y he estrenado la cafetera, jajajaja.
Supongo que no sueles desayunar aquí ¿no?
No, lo hago abajo, pero he preferido esperar a que se despertara usted, suelo prepararme el café abajo y me subo aquí, es mi lugar preferido, me relaja.
Me acerqué a la cafetera...
Se lo preparo yo AMO, siéntese.
Llámame por mi nombre, relájate de verdad, aprenderás con el tiempo a saber cuándo estás con tu AMO y cuando no, saber lo que deseo...
Perdona, todo esto es nuevo para mí.
Me preparé el café y me senté junto a ella.
Es difícil pero se aprende, no busco una esclava, busco una sumisa que sea mi pareja.
Si, en eso estamos de acuerdo, pero entiende que para mí no va a ser fácil al principio.
Para eso estamos aquí, para aprender juntos, para mí casi que también será la primera vez, por ahora nos tuteamos, cuando quiera estar delante de Mi PERRA, lo
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sabrás, por cómo te llamaré.
Mejor, ¿quieres hacer algo especial hoy?
Vamos a desayunar tranquilos y luego nos damos un paseo por el centro de Sevilla, hace sol y me gusta pasear.
A mí también me gusta, me queda que enseñarle parte de la casa, que ayer no me dio tiempo.
Jajajaja, estábamos los dos cómo para ver más partes de la casa.
Me gusto su sonrisa, además de que me estaba excitando, solo llevaba las medias puestas y los pies los tenía recogidos en el sillón.
No te he preguntado, ¿hoy no trabajas?
No, no suelo trabajar los fines de semana ni los días de fiesta, tengo una guardia localizada, un fin de semana al mes, simplemente no puedo irme muy lejos y tengo que estar localizada.
Si lo he entendido así.
Terminamos el café, y vi su cara de deseo, me levanté y cogiéndola de la mano, la llevé al baño, amplio con una ducha con mucho sitio, entré con ella...no le quité ni las gafas, me gustaban cómo la hacían más PERRA, la besé, llevé mis manos a sus pezones, duros cómo piedras, que pellizqué, hasta que vi una lágrima a través de sus gafas, cambié mis manos por mi boca, mordí y lamí hasta que noté cómo su respiración y gemidos cada vez se hacían más fuertes.
Me voy a correr AMO, uhmmmm, no aguanto...
Espera PERRA, no tienes permiso.
Vi cómo se mordía los labios, cómo hacía esfuerzos para no correrse y no lo quería prolongar más, ya habría tiempo...la puse con los pechos pegados a la pared, saqué su culo y de un golpe la penetré.
Ufffff, que húmedo PERRA, ahora...
No terminé...
Me corroooo graciassss AMO, ufffffffff.
Seguí entrando y saliendo de ella hasta que me corrí, con ganas, soltando un gemido cómo hacía tiempo que no daba. Me salí de ella, y abrí el agua, menos mal que era una ducha inteligente, con temperatura regulable, por lo que desde la primera gota salió caliente el agua. Con delicadeza la fui lavando, le quité las gafas, colocándolas en el saliente, fui bajando con su esponja por todo el cuerpo, le bajé las medias, ayudándome a quitárselas, me volví a poner de pie, la cogí del pelo y la besé, con ganas, con fuerza, mordiendo sus labios, su lengua...
Me corroooooooooooo, lo sientoooooo AMO, agggggg.
No pasa nada PERRITA, te lo has ganado.
Sonriendo, se separó de mí, cogió una esponja nueva y empezó a lavarme, hasta caer de rodillas y tras lavar mi polla, mis huevos, se los llevó a la boca, pasando de los huevos a mi polla, despacio, sintiendo cómo nos caía el agua mientras lo hacía, hasta que consiguió que me volviera a empalmar, cuando noté que me iba a correr, la cogí con fuerza del pelo y me follé su boca con fuerza hasta que me corrí dentro, no dejando caer ni una gota fuera de su boca, a pesar de las varias arcadas que dio.
– -Levantado la mirada-, ¿Le puedo pedir algo?
Lo que quieras PERRA.
No lo hemos
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hablado nunca, pero quiero que me meé.
Me dejó a cuadros, y a pesar de haberme corrido, se me volvió a poner dura. La cogió con sus manos y apuntó a su cara, mientras yo excitadísimo cumplía su deseo.
Gracias AMO, no sabía si le iba a gustar...
Ufffff, me ha encantado PERRA, y no olvides que te has corrido sin permiso.
Lo se AMO, sé que me va a castigar.
Terminamos de ducharnos y mientras nos secamos, no me podía creer la suerte que había o habíamos tenido, porque nos complementábamos muy bien. Salió del baño antes que yo, con una sonrisa de traviesa y sobre todo de satisfacción, yo terminé de secarme y entré en la habitación, viendo cómo estaba deshaciendo mi maleta y colocando mi ropa, también había sacado todos mis juguetes y los había ordenado en la cama.
Gracias Olga, vamos a vestirnos y a salir a que nos dé el aire, jajajaja.
Me gustó cómo se rio ella también...
Si, jajajaja, que aquí ya huele a sexo de más, jajajaja.
Se vistió frente a mí, deleitando mi vista a cada prenda que se ponía, despacio, las bragas, el sujetador, las medias, los zapatos, para terminar enfundando su escultural cuerpo en un vestido azul de seda.
Uffff, si tardas dos minutos más te follo otra vez PERRA.
Jajajaja, eso pretendía AMO, porque le aseguro que ya tengo las bragas chorreando.
Vámonos a que nos dé el aire, jajajaja.
Bajamos y antes de salir me hizo una ruta por su casa.
En esta planta hay dos habitaciones y un baño, en las habitaciones solo hay trastos, nunca le he dado uso, -seguimos hasta la planta de abajo, al recibidor, entrando en un amplio despacho, que a la vez era su consulta privada-, esta es mi consulta privada, y la otra puerta es un aseo.
Tu consulta sería un palacio para los amantes del medical, jajajaja.
Jajajaja, si, no eres el primero que me lo ha dicho.
Pasamos por la cocina, que era grande y luminosa, hasta llegar a la cochera.
– ¿Quieres conducir tú?
No, seguro que llegaremos antes si lo haces tú.
Nos subimos al coche, iba a subirse el vestido...
No, es estrecho y te va a molestar.
No tardamos nada en llegar al centro, durante el camino, no deje de acariciar su pierna derecha, me encanta y excita acariciar el final de la media, con el principio de la carne. Aparcó en un parquin cercano a la Plaza del Duque...
Si tardamos dos minutos más, me corro AMO, jajajaja.
– ¿Te das cuenta de que has sabido cómo referirte a mí?, sé que meterás la pata, pero llegaras a diferenciarlo solo con una palabra, una mirada.
Ha sido fácil, sé que cuando me tocas lo haces cómo lo que eres, MI DUEÑO.
Me gustó, la cogí del pelo y la besé con pasión, mientras mi mano apretaba con fuerza un pezón que aún con el sujetador y el vestido, se notaba...
Me voy a correr AMO...
Hazlo.
Se abrazó a mí con más fuerza, dejando escapar un gemido, que tuvo
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que acallar metiendo su lengua en mi boca.
Ufffff, gracias AMO.
Vámonos.
Nos sentamos en la campana a desayunar, solo nos habíamos tomado el café.
Se mucho de ti, pero ayer me di cuenta de que todo lo que se, es cómo eres, o cómo deseas ser, pero de tu vida privada se bastante poco.
En parte eso me gustó, porque tú no esperaste a que yo te hablase de lo que quería, tú te anticipaste, me dijiste cómo eras cómo Dominante y cómo persona, te me anticipaste, eso me dio seguridad, porque coincidíamos en todo...
Jajajaja, en todo no, porque esta mañana me has sorprendido, no es la primera vez que lo he hecho, pero si es la primera vez que me lo han pedido.
– ¿Y?
Que es algo que me encanta, pero hasta cierto punto puedo pasar sin hacerlo, creo recordar que te remarqué lo que no negociaba, pero eso ahora no es lo que quiero saber o indagar, tendremos tiempo, ¿tienes familia aquí?
Si, mi madre, mi hermano, mi cuñada y una sobrina, mi madre vive cerca de aquí, pero mi hermano y su mujer viven en Coria.
– ¿Os lleváis bien?
Si, muy bien, a mi madre la veo casi todos los días, y los días que no la veo la llamo o me llama, y a mi hermano casi todas las semanas nos vemos.
Eso me gusta, ¿saben que hoy estas conociendo a alguien?
Jajajaja, más o menos, mi madre y mi hermano saben que llevo dos o tres meses con alguien, pero no saben que aún no nos habíamos visto, pero mi cuñada, sí que lo sabe, trabaja en el mismo hospital que yo, y lo sabe todo.
– ¿Todo, todo?
Si, todo, espero que no te moleste.
No, pero debes de saber que si ella esta enterada de todo, si estamos solos con ella y me apetece tratarte cómo mi sumisa, lo haré sin cortarme.
Lo sé, donde cómo y cuando quiera, esas palabras me lo dejaron claro.
Si, también te dije que jamás te dejaría en evidencia delante de quien no supiera de tú condición.
Si, por eso sumando esas cosas, hasta se lo dije a ella ayer, jajajaja.
Me gustas, no lo voy a negar, me gusta una sumisa con iniciativa.
Uffff, creo que estoy enamorada de ti desde el segundo día, jajajaja.
Tiempo al tiempo Olga, lo que está claro es que desde el primer día parece como si nos conociéramos de toda la vida, en parte por eso estamos aquí, tuve mis dudas, pensé que eras alguien que me conocía y que jugaba conmigo.
Jajajaja, ahora entiendo el cambio tan brusco.
Si, vamos a dar un paseo por el centro, nos va a venir bien, que ya se te han puestos los pezones tiesos, jajajaja.
Se sonrojo al bajar la mirada y percatarse de que era cierto.
Jajajaja, si mejor.
Nos levantamos y estuvimos paseando por el centro, conociéndonos un poco más. Comimos por la Puerta de Jerez, desde donde llamó a su cuñada, que ya la había llamado varias veces, pero al tener el teléfono sin sonido no se dio cuenta.
Estaba preocupada, ni me he acordado,
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jajajaja, que quede en llamarla.
Eso es que estas bien, sino ya la hubieses llamado.
Estoy entre el infierno y el cielo, jajajaja, no sé qué me gusta más.
Las dos cosas en su justa medida, jajajaja, ¿nos tomamos la copa en casa?
Si, ahora me toca a mí pagar.
No, pago yo, la cena la pagas tú.
No dijo nada, pagué y nos fuimos al parquin.
Déjame conducir.
No habíamos bebido mucho, pero cómo me reconoció que no era de hacerlo y se le notaban los colores, preferí hacerlo yo. Salimos del parquin...
Ahora sí, súbete el vestido PERRA.
Alzó el culo y no sin trabajo, porque era estrecho, se lo subió, abriendo sus piernas todo lo que pudo.
Jajajaja, ¿tanto lo deseas PERRA?
Siiii, mucho AMO.
Mientras conducía lleve mi mano derecha a sus pierna, acariciándola, llegando hasta la braga y empezando de nuevo, me gustaba cómo estaba, se tuvo que agarrar con ambas manos al asiento, para no correrse, pero lo que más me atraía era su mirada, una mirada de excitación, de deseo y a la vez de súplica.
Por favor AMO, por favor.
Córrete.
Lo hizo, sin tocar su coño, era tal su excitación que se corrió, dejando escapar un gemido fuerte e intenso, lo que aproveché, para meter mis dedos en su coño y con fuerza masturbarla, lo que la llevó a encadenar otro orgasmo, que casi la dejo desvanecida.
Gracias, gracias AMO.
Cuando fue a sacar el mando del garaje, casi se le cae del tembleque que tenía en las manos. Aparqué y saliendo del coche, la ayudé a ella, pues habían sido tan fuertes, que hasta le costaba andar. Verla así, con el vestido enrollado en la cintura, sus piernas totalmente empapadas así como las medias, y hasta sus gafas que se tuvo que quitar, porque estaban totalmente empañadas. Al entrar en la cocina, la apoyé en la encimera, y sacándome la polla, aparte la braga y se la metí, estaba tan húmeda, que resbaló.
Ufffff, me gusta lo PERRA que eres.
Aggggg, voy a correrme otra vez AMO ¿puedo?
Espera PERRA, sabrás cuando hacerlo.
Note cómo se tensaba, cómo se cogía con fuerza a la encimera...
Me corroooo PERRA ufff, me encanta tu coño.
Agggggg, siiiii me corroooooooo.
Noté cómo su corrida resbalaba por sus piernas y por las mías, poniéndome los pantalones perdidos, me separé de ella, dejándola derrumbada en la encimera, empecé a desnudarme del todo, sentándome en una de las sillas altas y esperar a que se recuperara. Poco a poco fue recuperando la normalidad, se sacó el vestido, me miro con entrega...
Gracias AMO, espero que este contento de su PERRA.
Mucho, me tienes en un estado de excitación cómo hacía tiempo que no lo estaba, vámonos arriba, tengo que ducharme, jajajaja.
Usted solo, jajajaja.
Se quitó el vestido, dejándolo en la cocina tirado junto a mi ropa, se puso esas gafas que tanto me excitaban y cogiéndome de la mano, subimos a la ducha,
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íbamos a entrar, cuando sonó su teléfono...
Es mi cuñada.
Hablo dos segundos...
Dice si la invito a café -poniendo el móvil en mute-, se cree que ya estoy sola.
Lo que tú quieras PERRA, pero si quieres que venga, debe de saber que yo estoy.
Sonrió y mirándome a los ojos con una sonrisa pícara, le dijo a su cuñada que viniese, pero que su AMO, estaba allí. Colgó entró en la ducha...
Me ha dicho que...
Sonrió y mirándome a los ojos con una sonrisa pícara, le dijo a su cuñada que viniese, pero que su AMO, estaba allí. Colgó entró en la ducha...
Me ha dicho que...
Así terminó el último capítulo...
Me ha dicho que lo que tarde en llegar desde su casa jajajaja.
Entramos en la ducha, teniendo que hacer un esfuerzo, para no volver a usarla, se fue desnudando lo mismo que cuando se vistió, deleitándose, aunque hizo una pausa mayor, esperando mi beneplácito para quitarse las medias, cosa que hizo al verme asentir con la cabeza.
Me gusta verte así, PERRA, no lo puedes evitar, lo deseas tanto o más que yo, pero ahora no te vas a salir con la tuya, vamos a ducharnos y a esperar a tu cuñada, me tiene intrigado.
Jajajaja, le va a gustar, en todos los sentidos.
Nos duchamos, primero terminé yo, fui secándome al dormitorio, saqué un pantalón corto y una camiseta, dentro hacía calor, y me fui a la terraza a sentarme, cruzándome con ella que salía totalmente desnuda, me paré y la besé, con mimo, notando cómo todo su cuerpo se tensaba, y cómo en su mirada había entrega y agradecimiento. Mientras se vestía, me preparé un café y me senté, menos mal que me senté, porque si llego a estar de pie, me hubiese caído, al verla aparecer, con un conjunto negro de lencería de encaje negro, unas medias con costura atrás de un color negro casi transparente, y unos zapatos de tacón de más de doce centímetros.
Jajajaja -se rio al ver mi cara-, veo que le ha gustado el conjunto a mi AMO, jajajaja, y cómo mi cuñada sabe quién es usted, para que esconderme.
Me alegro de que pienses así PERRA, tú decides, puedes elegir ser mi pareja o mi SUMISA.
Soy inmensamente más feliz siendo su sumisa AMO, y eso quiero que vea mi cuñada.
Está bien Olga...
En ese momento sentimos la puerta, Olga se asomó y al ver que era su cuñada, bajó sin ponerse nada encima de ese apetecible cuerpo. No tardaron las dos en aparecer por la puerta, llevaba razón Olga me iba a gustar, más cerca de los cincuenta que de los cuarenta, más o menos igual de alta que yo, venia con unas mallas deportivas muy coloridas, una sudadera rosa y el pelo negro y largo recogido en una cola...
AMO, esta es mi cuñada Amparo, y él es MI AMO.
No me levanté, le quería dejar claro quien mandaba, esperé a que se acercara y se agachara a darme la mano y dos besos.
Amparo. -Ya tienes que ser importante, jajajaja, es la
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primera vez que entro en el santuario de Olguita, jajajaja.
Me gusto su desparpajo y para nada se la veía nerviosa, y no hizo ningún comentario a cómo iba vestida Olga.
Amparo. -Voy a bajar a por una silla Olguita...
No hace falta, siéntate en el sillón, ella sabrá donde sentarse, ¿Qué quieres tomar?
Amparo. -Un café, supuestamente estoy en el gimnasio, jajajaja, si le digo a mi marido que vengo a ver a Olguita, se hubiese apuntado y mi hija ni te cuento, le encanta estar con su tía.
Ya has oído a tu cuñada, PERRA, a mí me pones un gin tonic y tú lo que quieras.
Esa fue la primera vez que le cambio la cara, pero tampoco mucho. Me sirvió a mí primero, luego a su cuñada, y cuando se puso ella su copa, se sentó en el suelo junto a mí, con una sonrisa en la cara...
Amparo. -Jajajaja, ahora entiendo eso de que sabrá donde sentarse, perdona que me ría no te lo tomes a mal, aunque no lo parezca estoy un poco nerviosa, desde que Olguita me habló de sus gustos, he leído mucho, antes y después de su confesión, pero es la primera vez que lo veo, ufffff aquí hace calor, -mientras se quitaba la sudadera, quedándose con un top rosa precioso, pero también la delató-, jamás pensé en verlo...
Jajajaja, no pensarías en verlo pero no te ha desagradado por lo que veo -se lo dije señalándole con la mirada sus pequeños pero llamativos pechos a los que se le habían puesto los pezones de punta-, porque no creo que siempre los lleves así...
Se puso de todos los colores...
No sea usted así AMO, jajajaja, que me ha ayudado mucho.
Amparo. -Jajajaja, no necesito defensora, no soy de piedra, y verte así con lo buenorra que estas, pues...
Pues te ha excitado, jajajaja, pero no por lo buenorra que esta, porque seguro que la has visto más de una vez desnuda, te ha excitado verla servirme y sumisa.
Por primer vez la vi sonrojarse y bajar la cabeza.
Jajajaja, mi AMO te ha pillado cuñada.
Amparo. -La culpa es tuya -la vi seria por primera vez-, si no me hubieses metido todo esto en la cabeza.
Ella no te ha metido nada, no te equivoques, ella solo te contó cómo es y lo que deseaba encontrar, si no he entendido mal antes, lo demás ha sido cosa tuya.
Amparo. -Cierto, perdona si te he ofendido.
No me has ofendido, pero le debo un respeto a MI PERRA, sino ya te habría castigado.
Por mi -con una sonrisa de PERRA que no podía esconder- no se corte AMO, donde, cómo y con quien quiera, ¿recuerda?
Cómo más tarde me confirmó, le había tendido una pequeña trampa a su cuñada, por sus conversaciones, su interés y sus preguntas la hizo sospechar que le atraía más de lo que quería aparentar la sumisión.
Desnúdate o vete, si te vas, aquí no habrá pasado nada.
Miraba a su cuñada, esperando que la sacara del lio en el que se había metido, y al ver que esta solo la miraba
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esperando que iba a hacer...
Se saco el top, dejando unos pequeños pero preciosos pechos totalmente empitonados, se levantó y se sacó las zapatillas, calcetines y las mallas, quedándose solo con un tanga gris.
Ha dicho todo o es que no lo has oído PERRA.
Hasta a mí me pilló por sorpresa, pero sin dejar de mirarla se quitó el tanga, dejando aparecer un coño sin depilar, pero muy arreglado.
Siéntate, vamos a disfrutar del café y de las copas.
La descoloqué, que era lo que quería, ella esperaba algo más, pues ni para Olga ni para mí pasó desapercibida su desilusión, ambos nos miramos y sonreímos.
Tranquila Amparo, si ha de llegar llegara, pero tú no has sido sincera del todo con tu cuñada, porque cuando le has dicho de venir, lo has hecho con la esperanza de que yo estuviera.
Amparo. – -Bajando la cabeza-, cierto, no te..., perdón, no le voy a mentir, llevo meses que no hago nada más que leer, y le aseguro que he intentado no darle importancia, pero es que era llegar a casa, meterme en el baño y masturbarme con videos o lecturas de esto.
Pero tenías la esperanza de que al verme o al vernos, no sintieras nada y que todo fuese una fantasía o un calentón.
Amparo. -Ha dado en el clavo, porque lo que menos deseo es engañar a mi marido, pero...
No sigas, voy a darte una oportunidad de salir airosa de aquí y que no pase nada, vas a vestirte, porque no me gustas así, te vas a tu casa, y te depilas ese coño, que por lo que veo está húmedo, jajajaja, te brillan los pelos, te vas a vestir para mí y vuelves para la cena, o simplemente no apareces y nuestro trato será siempre correcto, lo de ahora jamás habrá pasado, -fue a decir algo-, no digas nada, solo vete, si a las ocho no estás aquí, sabremos la respuesta, no escribas ni llames a MI PERRA, no te va a contestar, por lo menos hasta mañana que yo me haya ido.
Se levantó, recogió su ropa del suelo, se giró y sin despedirse se fue.
– ¿Estas bien Olga?
Uffff, en una nube, jajajaja.
Es tu familia, si no te sientes cómoda, no va a pasar nada.
Estoy más que cómoda... -bajando la cabeza-, estoy cachonda AMO.
– -Quitándome el pantalón-, chúpala PERRA.
Solo tuvo que girarse un poco y con ansia, dejando salir toda su calentura, se la metió en la boca, poniéndola más dura de lo que ya estaba.
Ve a la cama PERRA, apoya las manos en ella y saca el culo, te lo has ganado, voy a follarte ese culo.
Siiii, gracias, lo deseaba, deseaba darle otra vez esa parte de mi cuerpo.
No dejaba de sorprenderme, lo que hizo que aún me excitara más, la seguí, aparté la braga y aprovechando su humedad que era mucha, la lubricación que con su boca había dado a mi polla, y el líquido preseminal que ya aparecía, de un golpe seco se la metí, sintiendo cómo grito, cómo se agarró a las sábanas para aguantar el dolor y cómo
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su culo apretaba mi polla, espere un poco a que se acostumbrara, y cómo no iba a aguantar mucho, empecé de forma brusca a entrar y salir de su culo, notando cómo sus gritos de dolor, se tornaban en gemidos.
Me corroooo agggggg, lo siento, no puedo aguantarrrr.
Noté cómo se corría, y cómo tras su corrida, bajó por sus piernas sus meados, no pudo contenerse, había sido la más intensas de sus corridas, lo que me llevó a vaciarme dentro de su culo, también con un placer inmenso.
Lo siento, lo siento AMO, no lo he podido evitar, sé que me tiene que castigar otra vez, perdón.
No pasa nada, aprenderás, y serás castigada en su momento, voy a la ducha, pero a ti te quiero así, ponme otro gin tonic.
Con una sonrisa y con algo de trabajo se levantó y lanzándome un beso, se fue a la terraza, mientras me iba a la ducha. No tardé mucho, y ella estaba de rodillas frente a mi sillón, había sido previsor, pues me traje conmigo una toalla que extendí en su sillón.
Siéntate Olga, vamos a relajarnos o vamos a morir, jajajaja.
Gracias, ¿crees que vendrá?
No lo sé Olga, sé que en ese momento hubiese hecho lo que hubiese querido con ella, pero tenía que dejarla salir de aquí, que se tranquilizara, ya nos enteráremos si viene o no.
Cuando le conté que una amiga me había abierto los ojos, cuando me recomendó leer la trilogía de “El infierno de Gabriel”, fue Amparo, pero ella no lo leyó cómo yo, luego, conforme le iba hablando de mis sentimientos, y sobre todo cuando le hablé de ti, vi que se excitaba, además de que era ella la que buscaba sacar la conversación, cada vez que estábamos a solas, se había convertido en un monotema.
Jajajaja, ahora entiendo, vaya trampa.
Jajajaja, si, ¿espero que no te haya molestado?
No, al revés me ha gustado, tu cuñada está muy bien, jajajaja, ¿Qué edad tiene?
Cincuenta y uno, es de la misma edad que mi hermano.
– ¿Cómo se llevan?
Muy bien, por eso dudo que venga, no la veo traicionar a mi hermano.
Jajajaja, no te aclaras eh, hace nada estabas deseando verla a mis pies...
Jajajaja, si, la verdad es que con ella tengo más trato, que con mi hermano, que por mucho que lo quiera, no deja de ser un sieso, trabajamos juntas, nos vemos todos los días y sé que a lo que a sexo se refiere, mi hermano la tiene muy abandonada.
Esto es algo delicado mentalmente, porque por mucho que quiera a tu hermano, si da el paso, va a sentir hasta asco cuando la toque.
No quisiera estar ahora en su cabeza, jajajaja, y para serte sincera, quiero que sea feliz, y para eso...
No sigas, porque cada segundo vas a pensar de distinta forma, queda poco para las ocho, y al igual que a ella le he dado la oportunidad de irse y no venir, a ti te voy a dar la oportunidad de decidir si seguir o no.
No me hagas eso, porque no lo sé ni yo.
Me das la razón,
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por eso tú vas a dar el primer paso, depende de lo que hagas o digas, así actuare...
Se acabó la conversación, en ese momento sonó el portero... Se levantó y con dudas en su cara, y sin poder evitar tener los pezones duros, bajó a abrir. No tardaron en aparecer, entró primero Olga que se puso de rodillas a mi lado, y después lo hizo Amparo, uffff, que cambió, falda plisada a la rodilla de color negro, medias negras, una blusa de color rosa chicle, y para rematar unos zapatos negros brillantes con un tacón finísimo y altísimo, llevaba el pelo recogido en una cola, y algo que me gustó mucho, salvo los labios que se los había pintado del mismo color que la blusa, no llevaba excesivo maquillaje.
Amparo. -Cómo me había ordenado aquí estoy, a las ocho en punto SEÑOR -lo dijo tranquila de más-.
Yo no te he ordenado nada, que te quede claro, cuando se dan opciones, no es una orden, si estás aquí es por tu propia voluntad.
Amparo. -Lleva razón SEÑOR, estoy aquí por mi propia elección, vestida para usted y dispuesta a servirle.
Esas palabras nivelaron la balanza y disipó cualquier duda en Olga.
No decido yo, pero tampoco tú -mire a Olga-, decide ella.
Se levantó decidida, se acercó a su cuñada, se puso detrás de ella, y con delicadeza, le desabrochó la falda, dejándola caer al suelo, se agachó, la hizo levantar las piernas, cogió la falda del suelo, la dobló y la dejó en el respaldo de sillón, esta actuación hizo que me empalmara, al quedar al descubierto un tanga diminuto negro, que me tocara mientras Olga proseguía desnudando a una estática pero expectante y excitada Amparo, Olga se volvió a poner tras ella, y sin dejar de mirarme a mí, uno a uno fue desabrochando los botones de la blusa, descubriendo milímetro a milímetro su piel, hasta dejar al descubierto un sujetador negro de encaje grande, lo que hacía que sus pezones, ya tiesos, aparecieran por un agujero del encaje, se la terminó de sacar y doblándola la puso junto a la falda...
Ya tiene mi respuesta AMO.
Vete a la ducha PERRA, y vístete, vamos a salir a cenar.
Vi extrañeza en ella, mientras en Amparo vi desilusión, era la segunda vez que estaba desnuda ante mí y no hacía nada. Olga recogió la toalla del suelo y se fue a ducharse y vestirse.
Amparo. – ¿Puedo hablar? -asentí con la cabeza-, ¿no lo he hecho bien?, ¿no le gusto?
No se trata de eso, me gustas mucho, y para ser tu primera vez, lo has hecho muy bien, pero aquí solo decido yo que te quede claro PERRA, -remarque la palabra, notando cómo se estremecía-, me gusta lo tranquila que estás, ¿desde qué hora estas abajo?, y ¿por qué estas tan tranquila?, contéstame con sinceridad.
Amparo. – -Con cara de sorpresa-, ¿Cómo lo ha sabido?, llevo más o menos media hora, y no ha sido para tranquilizarme, cuando he llegado a casa,
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estaba solo mi marido, he intentado acercarme..., mejor dicho tener sexo con él, pero me ha puesto mala cara y me ha contestado que no le apetecía, en ese momento cualquier duda se ha disipado SEÑOR, llevamos mucho tiempo que no tenemos relaciones, hemos discutido y le he dicho que me iba a casa de su hermana, que necesitaba salir y tomar el aire, y el muy capullo, se ha encogido de hombros y se ha puesto a ver la tele, ni se ha dado cuenta cómo he salido vestida, le quiero de verdad que le quiero, pero es...
Da igual PERRA.
Me levanté haciendo verdaderos esfuerzos para no follarla ahí mismo, me acerqué a su oído y le susurré lo que quería que hiciera, haciéndome reír a ver cómo su cara iba cambiando, de sorpresa a duda, pero sin dejar de estar excitada.
Si o no.
Amparo. -Si.
En ese momento llevé mi mano a su coño, introduciéndola por su tanga, notando la suavidad de un coño recién depilado, y mientras dos dedos entraban en un coño mojadísimo, mi dedo gordo, acaricio y apretó su clitoris, que abultaba y se hacía notar...
Amparo. -Aggggg, me corroooo -se tuvo que agarrar a mi brazo para no perder el equilibrio-, pareeeee, ufffff, otra vez, agggggg.
Cuando sentí en mi mano su segunda corrida, la saqué y la llevé a su boca, que sin la más mínima duda lamió y chupó, hasta dejarla limpia de sus propios jugos. Me volví a sentar, dejándola aun temblando, pero sin moverse. Cuando entro Olga... Con un vestido blanco sin mangas y unas medias negras, aun no se había puesto los zapatos.
Lista AMO.
Túmbate en la cama PERRA, con los brazos y las piernas en cruz.
Me miro con cara de no entender, pero sus pechos dieron a entender que no le disgustaba, se giró sobre sí misma y se colocó tal y cómo le ordené.
Te toca, sígueme.
Siguiendo las instrucciones que antes al oído le había dado, se acercó a la cama, y cogiendo con sus manos el final del vestido, aprovechando la apertura de este, que no era pequeña, se lo rasgó, resultándole más fácil de lo que yo esperaba, dejándome sorprendido la reacción de Olga, pues ni se inmuto, le bajó las bragas hasta quitárselas.
Quiero que tu cuñada sepa lo que le espera cuando no cumpla con sus obligaciones, dile porque vas a ser castigada.
Voy a ser castigada por correrme sin permiso, por lo que es un castigo merecido AMO.
Me miró sabiendo que se había corrido sin permiso.
No vas a ser castigada por haberte corrido antes PERRA, no lo sabías y yo jamás castigo por castigar.
Fue el único momento que Olga levantó la cabeza con sorpresa de la almohada. Saqué la regla de cuero y se la puse en la mano.
Dale veinte azotes, los quiero bien dados, o te vas.
No dudó, con fuerza, tanto que a cada azote se le ponía el culo a Olga más rojo, le propino diez azotes en cada cachete, aunque no podía evitar su cara de
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sorpresa al ver cómo esta no hablaba, solo la sentía gemir de vez en cuando.
Amparo. – ¿Lo he hecho bien SEÑOR?
Lo vas a saber ahora mismo, córrete PERRA.
Se quedó alucinada al ver cómo su cuñada soltaba un gran gemido, se cogía con fuerza a las sábanas y se corría, viendo cómo empapaba la cama.
Gracias AMO, por su castigo.
Cómo seguía en la misma postura, llevé mi mano a su coño y usándola cómo una pinza, tiré de ella hasta el borde de la cama, haciéndola levantar el culo, y a la vez que lo hacía de un solo golpe de riñones se la metí en su culo, que seguía siendo estrecho, por lo que se le escapó un grito de dolor. Todo tenía un sentido, que era ver las reacciones de Amparo, que cada vez se asombraba más.
Puedes correrte cuantas veces quieras PERRA, te lo has ganado.
Me corroooooooo, graciassss AMO, me encanta cuando folla el culo de esta PERRA.
Me salí de ella dejándola desplomarse en la cama y girándome un poco, cogí a Amparo del pelo...
De rodillas PERRA, la quiero limpia.
Al contrario de lo que me esperaba...
Me salí de ella dejándola desplomarse en la cama y girándome un poco, cogí a Amparo del pelo...
De rodillas PERRA, la quiero limpia.
Al contrario de lo que me esperaba...
Así terminó el último capítulo...
Con una sonrisa en la cara se puso de rodillas y cogiendo mi polla con delicadeza, se la llevó a la boca, sin importarle que está estuviese sucia, no mucho, del culo de su cuñada. Olga no le quitaba ojo a lo que estaba haciendo su cuñada, sin dejar de acariciar sus pechos, su coño, le gustaba ver a su cuñada entregada.
Uffff, ¿puedo correrme AMO?, cómo me está poniendo ver a mi cuñada.
Córrete en su boca.
Vi cara de sorpresa en Amparo, pero era tal la excitación de Olga, que no le dio tiempo a gesticular palabra, agarrándola de la cola, tiró de ella hasta el borde de la cama donde estaba sentada, incrustándole con fuerza la cabeza en su coño.
Graciassss, me corroooo -no la había tocado, no le dio tiempo-, saborea mi coño cuñada, agggggg.
Tocar no la tocó, pero sí que tragó gran parte de la corrida de Olga, que se dejó caer en la cama, mientras Amparo se quedaba de rodillas, con su cara llena de jugos de Olga e intentando bajar sus pulsaciones, su corazón cómo luego me reconoció iba a mil.
Voy a la ducha PERRAS, vestiros que vamos a salir a cenar -Olga sonreía, mientras en Amparo veía otra vez desilusión-, tranquila Amparo, habrá tiempo para todo, por cierto quítate ese tanga...
Amparo. -Pero... -no le dio tiempo a decir nada más, Olga incorporándose le soltó un bofetón-.
Sin peros PERRA, y que sea la última vez que te presentas ante nuestro AMO en tanga, a no ser que él lo autorice, y no me digas que no lo sabías, sé que te hablé de ello.
Amparo. -Perdón SEÑOR, es cierto, pero me hablo tanto y de tantas cosas,
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que no me he acordado, no volverá a suceder.
Sin contestarle me fui a la ducha, dejándolas a las dos a solas en el dormitorio, no tardando nada en salir, comprobando cómo ambas ya estaban preparadas, me vestí...
– ¿Hay por aquí algún sitio bueno para cenar?
No, hay buenos bares, pero si lo que le apetece es cenar, podemos ir al centro.
Amparo. -Cómo mi coche esta fuera nos podemos ir en el mío, y así no tiene Olga que sacar el suyo.
Me parece bien...
Amparo. -Podemos ir al San Marco del barrio Santacruz, creo que tengo el teléfono en mi agenda.
Llama y si tienen mesa, reserva.
En el trayecto de la casa al coche, llamó e hizo la reserva.
Súbete a tras Olga, yo me subo junto a Amparo.
Conforme arrancó llevé mi mano a su muslo, notando cómo su cuerpo se estremecía y cómo se agarraba con más fuerza al volante, no paré de acariciarle el muslo, llevando más de una vez mi mano cerca de su coño, pero sin llegar a tocarlo. A través del espejo retrovisor, podía ver una cara sonriente y picara en Olga, además de contemplar cómo iba totalmente abierta de piernas. Entramos en el mismo parquin que lo habíamos hecho esa misma mañana y aún no había apagado el motor, cuando mi mano pasó de su muslo a su coño, un coño húmedo. Le introduje dos dedos, sin dejar de mirarla...
Amparo. -Ufffffff, ¿puedo correrme SEÑOR?
Si.
Soltando un fuerte gemido se corrió, agarrándose con fuerza al volante.
Amparo. -Gracias SEÑOR, ufffff ahora tengo un problema, he puesto la falda perdida.
Me da igual PERRA, vámonos que nos queda un buen paseo.
Efectivamente, cuando se bajó, se le notaba una mancha oscura en la falda, menos mal que esta era negra y la chaqueta que traía que le llegaba justo por debajo del culo también le tapaba algo. Fuimos dando un paseo hasta el restaurante, llevando a un lado, de la mano, a Olga y al otro a Amparo. La cena fue tranquila y amena, sin tratamientos, lo que hizo que Amparo se relajara, se soltara, notando lo bien que se llevaban y entendían las cuñadas y lo mejor de todo en ningún momento hubo remordimiento por estar corneando a su marido. Terminamos de cenar y ...
– ¿A qué hora te tendrás que ir?
Amparo. -A dormir, ya me gustaría, no me puedo quedar Raúl, pero cómo estoy con su hermana, puedo llegar tarde, jajajaja, bastante tarde, no será la primera vez que salimos juntas.
Conduce tú, Amparo se va a subir atrás conmigo.
Sonriendo, nos abrió la puerta trasera, haciendo una pequeña reverencia y guiñándome un ojo...
Disfrute AMO.
Nada más salir del parquin, me desabroché el pantalón, sacándome la polla.
Chupa PERRA, si lo haces bien, lo mismo te follo hoy.
Tenía experiencia, lo hacía bien, entre lametón y lametón, me miraba esperando mi aprobación, hasta que salimos a la autovía, donde cogiéndola del pelo la aparté, me incorporé
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un poco, lo justo para bajarme los pantalones...
Fóllate GUARRA.
Con una sonrisa de PERRA, con una boca llena de babas, de saliva...
Amparo. -Gracias SEÑOR, gracias...
No la dejé seguir hablando, la cogí del pelo y la hice subirse encima de mí, y sin soltarla de la coleta, la hice meterse mi polla en un coño, mojadísimo... Soltándola del pelo, llevé ambas manos a la blusa y dándole un fuerte tirón se la abrí de golpe, viendo cómo más de un botón saltaba, le saqué sus preciosos pechos del sujetador, llevando a ellos mi boca y una de mis manos, mordiéndolos, pellizcándolas, sintiendo cómo por su boca se escapaban gemidos mezclados de placer y de dolor, que a aun me ponía la polla más dura, con la mano que me quedaba libre, la volví a coger del pelo y pegué su boca a la mía. Notaba sus esfuerzos para no correrse, a la vez de que intentaba separar su boca de la mía, para poder pedir permiso y correrse, pero sabiéndolo, no la dejaba, hasta que noté que iba a correrme, dejé su boca libre...
Ahora puedes PERRA.
Llevó sus brazos alrededor de mi cuello, pegándose a mí, y al sentir mi corrida en su coño, soltó un gemido de placer que se confundió con el mío, corriéndose cómo la PERRA y GUARRA que era. Nos quedamos abrazados, recuperándonos los dos del fuerte orgasmo que acabábamos de tener, y así nos mantuvimos...
Ya hemos llegado AMO, ¿puedo?
– -Sabía perfectamente que quería-, jajajaja, puedes PERRA.
Sin tocarse, sin quitar las manos del volante, se corrió, lo que hizo que Amparo me sacara una carcajada al ver su cara de asombro, y eso que no era la primera vez que veía a su cuñada correrse solo con mi permiso, sin tocarse. Salimos del coche y aunque hacia fresquito, Amparo bajo sin taparse, con la blusa abierta y sus pechos al aire. Conforme entramos en la casa, ambas dejando toda la ropa en el suelo, se desnudaron, siguiéndome hasta la habitación.
Las dos a la cama, quiero ver cómo os corréis cada una en la boca de la otra.
Me quedé esperando un pero o una excusa, pero ambas se subieron a la cama y haciendo un 69 perfecto, se devoraron el coño, le puso tanto empeño Amparo, que casi le rompe la braga a Olga al apartársela para llevar su boca al coño.
Podéis correros cuantas veces deseéis o podáis PERRAS, y ni se os ocurra parar.
Las dejé a las dos, abrí de par en par la puerta que daba a la terraza y desnudándome primero, me senté en el sillón, que previamente puse mirando al espectáculo que ambas me estaban ofreciendo, hasta que mi polla volvió a reaccionar, me levanté y no sin trabajo, dejé a Amparo encima de Olga, dejando la cabeza de esta última y el culo de Amparo al filo de la cama. Amparo no sospechaba nada, pero Olga sí que supo lo que iba a pasar, porque mirándome a los ojos, sonrió y sin que se lo pidiera, llevo sus
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manos a los cachetes del culo de su cuñada y se los abrió. Antes y no sin trabajo, se la metí en su boca, para que la lubricara, notando cómo Amparo se quejaba al notar que su cuñada había dejado por un momento de comerle el coño, pero no le di tiempo a quejarse mucho y aprovechando la ayuda de Olga y que su culo que estaba lleno de sus propios jugos y de la saliva de Olga, se la metí de un golpe seco. Se le escapó un grito terrorífico, del dolor que le causé, pero en ningún momento hizo intención de salirse, simplemente hundió aún más su cabeza en el coño de Olga, a la que se le escapo un pequeño grito de dolor, ya que su cuñada, la mordió con fuerza. Durante quince minutos estuve entrando y saliendo del culo de Amparo, aprovechando de vez en cuando en alguna de las salidas de su culo, para metérsela en la boca a Olga, que sin asco alguno la lamia y saboreaba.
Me corroooo, ufffffff, que culooo ufffff.
Me quedé dentro de su culo, hasta que mi polla fue perdiendo fuerza y se salió de su culo, que se veía abierto, pero esta vez no use a Olga, tirando de su culo, la arrastré hasta sacarla de la cama...
Límpiala GUARRA.
Lo hizo con devoción, con agradecimiento, hasta que sintió mi meada en su boca, solo sonrió, por lo que se la saqué de su boca y terminé de mearme en su cara, en su cuerpo.
Amparo. -Gracias, gracias, no se las veces que me he corrido, pero ufffff, soy suya, seré lo que desee, cómo si quiere que deje al cornudo.
Tranquila PERRA, ahora vamos a la ducha.
Me metí en la ducha, seguido de una sonriente Olga, que solo se quitó las bragas y el sujetador, haciéndolo tras ella Amparo, que al ver cómo entro su cuñada, solo se deshizo del sujetador.
Entre las dos me lavaron, con mimo y muchos besos, pasaba de una boca a otra, y de vez en cuando ellas entrelazaban sus lenguas, y hasta nos besábamos los tres a la vez. Me salí de la ducha, dejándolas a ellas lavándose y comiéndose la una a la otra...
Os espero en la terraza.
No tardaron en seguirme, aunque Olga tardó un poco más, se puso un conjunto de lencería azul con medias a juego, mientras Amparo estaba totalmente desnuda, sus medias estaban chorreando y el sujetador hecho un asco. Lo que más me gusto es que ambas se pusieron de rodillas, cada una a un lado.
Amparo. – ¿Puedo hablar SEÑOR? -asentí-, no piense que lo que le he dicho antes, lo he dicho por la excitación, lo he dicho en serio, seré lo que usted desee, jamás he sido tan feliz y me he sentido tan completa, quiero y deseo ser suya.
La conozco muy bien AMO, y sé que no lo dice por decir.
Sabes que del cornudo del que habla es tu hermano.
Lo sé, y ya hemos hablado de eso, él es un sieso, que solo mira por él o sus intereses.
Amparo. -De verdad que lo quiero, pero llevamos mucho tiempo más cómo amigos que cómo
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pareja, creo que ha llegado la hora...
Espera, no corras tanto, porque de mí solo sabes lo que te ha contado tu cuñada y lo que has visto hasta ahora, pero tú no serias mi pareja, solo serias mi sumisa, nunca tendrás el mismo estatus que Olga -me gustó ver su cara, de orgullo y felicidad-, serias nuestra sirvienta, cómo si te quiero poner a hacer la calle.
Amparo. -Lo entiendo, lo aceptó, puede hacer de mi vida lo que quiera.
Está bien, de todas formas yo me voy mañana, voy a tratar de que mi empresa me traslade a Sevilla, no creo que sea difícil, en estos años ya me lo han ofrecido varias veces, -a Olga se le saltaron la lágrimas-, tienes esta semana para pensarlo, no vamos a tener contacto, ni directamente ni a través de Olga, lo que habléis entre vosotras no me incumbe, si el viernes cuando vuelva estas aquí, daré por entendido que aceptas poner tu ser a mi servicio.
Amparo. -Estaré...
No te adelantes, porque -quería forzarla a pensárselo bien-, te puedo pedir que me entregues a tu hija, he visto la foto en la que esta con su tía, y no admitiría un no por respuesta, hasta ahí podría llegar, porque para mí solo serás lo que yo desee.
Olga me miro con cara de preocupación y hasta de extrañeza, pero aún se asombró más y hasta yo...
Amparo. -Lo haré, hare todo lo que me pida, dejaría hasta mi trabajo para servirle SEÑOR.
Recomponiéndome cómo pude de la sorpresa...
Está bien PERRA te creo, pero aun así, tienes toda la semana para pensar, ahora vístete y vete, y que conste que decidas lo que decidas, podrás seguir sirviéndome.
Asintió con la cabeza, se levantó, vistió y acercándose...
Amparo. – ¿Puedo besarlo SEÑOR?
Asentí y me besó, notando cómo caían lágrimas entre sus mejillas y las mías.
Amparo. -Gracias SEÑOR.
Se fue...
Uffff, esperó que en estos días se lo piense bien...
Perdone que le interrumpa AMO, pero la conozco bien, y nunca es impulsiva, cuando dice algo es porque está segura.
Me he dado cuenta, porque cualquier otra cuando le he dicho que hasta le podría pedir que me entregara a su hija, por lo menos hubiese dudado o intentado rebatirme, pero ella no.
Yo me he acojonao, jajajaja, pero le he entendido, porque usted no ha hecho nada más que ponerle trabas, y ella se las ha saltado todas, así que casi le aseguro que no va a cambiar de idea, solo espero que lo haga bien, y hasta es capaz de entregarle a mi sobrina.
No creo que llegue a eso, por mi parte no, jajajaja, pero es cierto que es muy guapa.
Es muy buena chica, está volcada en su carrera, no recuerdo haberla visto con novio, pero tampoco haberla visto de fiesta, siempre está en la facultad, en la biblioteca o en su casa, y de vez en cuando pasa el día conmigo o vamos de compras, jajajaja, ahora que pienso, jamás la he visto beber alcohol.
Dejemos el tema,
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vámonos a la cama, que es tarde y estoy cansado.
Me metí en la cama, mientras observé cómo se quitaba el sujetador y las bragas y a gatas se metió en la cama, abrazándose a mí, no tardando nada en quedarnos dormidos. A la mañana siguiente cuando abrí los ojos, vi que estaba solo en la cama, me giré para ver la hora y casi que me caigo de la cama al ver que eran las doce del mediodía, en mi vida había dormido tanto. Salté de la cama y vi a una deslumbrante Olga, en su sillón, hablando con alguien por teléfono, pero al verme, se despidió y colgó.
Buenos días AMO, ¿ha dormido bien?
Ufff, más que bien, nunca he dormido tanto, voy al baño, prepárame un café.
– ¿Voy con usted?
Jajajaja, me gustas mucho, no, hazme el café y deja el tratamiento.
Me di una ducha rápida y salí siguiendo el olor a café.
Ayer me quedé con ganas de preguntarte algo Raúl...
Jajajaja, la verdad es que me extraño que no lo hicieras, pero si, si quieres pido el traslado, ayer lo di por hecho, pero era más de cara a tu cuñada, y por la cara que pusiste creo que no te desagradó.
Sabias que me quedé con la duda, que malo, jajajaja, me harías muy feliz, porque hasta antes de verte en persona, soñé con esto, solo que aquí cómo sabes tengo mi consulta.
Lo sé, eso no es problema, la casa es grande, y jamás invadiré tu espacio laboral, pero tienes que estar segura, de todas formas, pediré un traslado de seis meses, si en ese tiempo todo va bien, lo pediré definitivo, ¿te parece bien?
Me parece genial, y por mí cómo si lo pides definitivo, si yo soy tuya, todo esto lo es aún más.
– ¿Con quién hablabas?
Ah, sobre eso te iba a hablar ahora.
Cogió el móvil, lo desbloqueó y me lo acercó...
Lee ese mensaje -no existía el WhatsApp-
“Buenos días tita, por fin ha dado mi madre el paso, me acaban de decir que se van a separar, no sé qué hablasteis anoche, pero supongo que lo hablasteis, porque mi madre no es tan decidida, se han quedado a cuadros cuando les he dicho que ya hace tiempo que lo tenían que haber hecho”
La he llamado y ya me ha puesto más al día...
Jajajaja, espero que por lo menos haya esperado a esta mañana.
Jajajaja, si por lo que me ha dicho mi sobri, anoche ella se acostó en el cuarto de invitados, y en el desayuno han hablado.
– ¿Y ahora que va a hacer tu cuñada?
Pues no lo sé, le he preguntado a mi sobri y ella tampoco lo sabe, solo me ha dicho que si puede venir a comer aquí conmigo, pero le he dicho que estas aquí, ella sabía que estabas aquí eh, pero no sabe que eres mi amo, además de todo lo que le dije ayer, es más beata que Sor María de la Cruz, jajajaja, es capaz de excomulgarme.
Jajajaja, yo no sé aun cuando me voy, tenemos que ir a Plaza de Armas a ver los horarios y sacar el billete, y por mí dile que venga, y así nos enteramos de más cosas,
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porque según he leído en el mensaje, ella ya esperaba que se separaban.
Eso he entendido yo también, sabía que en la cama mi hermano es un sieso, pero algo más habrá cuando hasta mi sobri lo esperaba.
– ¿Ella tiene coche?
No, tiene moto, pero supongo que se vendrá en el autobús hasta Plaza de Armas cómo otras veces y yo iré a recogerla.
Mejor, dile que si no le importa que este yo, que te avise cuando lo coja y así cuando la recojamos sacó el billete.
La llamó y no tardó ni dos minutos en colgar...
Jajajaja, ya ha cogido el autobús, me ha dicho que se iba a la biblioteca de la facultad, así que la he invitado, y me ha dicho que si, que de paso conoce a su tito, jajajaja.
Vamos a vestirnos Nena.
En media hora estábamos en Plaza de Armas y mientras sacaba mi billete, ella se fue al andén a esperar a Triana (su sobrina). Me quedé en los escalones de la entrada hasta que las vi aparecer, ufffff, la verdad es que estaba, y solo la veía de lejos, muy bien, de altura más o menos cómo su madre, pero con bastante más pecho, venía con una falda vaquera por las rodillas, medias o pantys, unas zapatillas de deporte y una cazadora de cuero. Nos presentó Olga, notando que se cortó un poco, y cómo el coche no es que lo tuviésemos muy bien aparcado nos fuimos rápido.
– ¿A qué hora te vas al final?
A las ocho Nena -me gustaba llamarla así-, es el último, y mi piso está a cien metros de la estación, ¿vamos a comer a la casa o preferís comer en la calle?
Prefiero comer en casa, si a ti te da igual.
Mientras no cocine yo, jajajaja.
Triana. – -Hablando por primera vez-, ni yo jajajaja.
Decidido, yo cocino, jajajaja.
El trayecto se hizo ameno, me enteré que estudiaba fisioterapia, que lo llevaba todo al día, que se quería especializar en infantil, sibilinamente le sonsaqué que ni tenía ni había tenido novio, que ahora no era su prioridad. Una vez en casa nos quedamos en la planta de abajo.
Triana. – -Extrañándose de que su tía no se cambiara y se pusiera a trastear en la cocina-, ¿no te cambias?
Jajajaja, me gusta verla así.
Sonrió, mientras Triana se sonrojo, pero supo salir...
Triana. -Uy que bonito es el amor, jajajaja.
Ya los sabrás el día que lo hagas, porque aunque no hayas tenido novio, no creo que te hayan faltado pretendientes o pretendientas...
Fue un tiro al aire, y al ver cómo bajo la cabeza y cómo se puso de roja, descubrí lo que nadie, solo en media hora, pero con esta mente perversa que tengo, y viendo cómo miraba a su tía y el interés porque se cambiara...
Es guapa tu tía -lo dije bajo, para que no me escuchara Olga-, ¿nunca le has dicho que estas enamorada de ella?
Triana. – ¿Qué?, ¿cómo?, ¿por qué dices eso?
Jajajaja, no te preocupes, será nuestro secreto, pero no sé cómo ni tus padres ni tu tía, no se han dado cuenta que eres
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lesbiana -me fijaba de reojo en Olga, que intentaba sin conseguirlo oírnos-, se te nota mucho.
Triana. – -Bajando más la voz-, por favor Raúl no le digas nada, me moriría de vergüenza, no soy lesbiana, o eso creo, pero ufffff, no sé qué vas a pensar de mí, pero creo que estoy enamorada de mi tía, si quieres me voy...
No te preocupes, es más ¿quieres besarla?
Triana. -Por favor no te rías de mi...
– ¿Crees que me estoy riendo?, te lo he dicho en serio, ¿Qué darías por besarla aunque fuese una vez?, lo mismo descubres que no estas enamorada.
Triana. -Por favor, no juegues conmigo.
– -Poniéndome serio-, no estoy jugando, ¿qué darías? -En ese momento se dio cuenta de que hablaba en serio, de que no bromeaba- Lo mismo ella siente lo mismo, nosotros estamos empezando, así que tampoco le supondría ningún dolor que me fuese, te lo voy a preguntar por última vez, ¿Qué darías?
Ya estaba empalmado, solo faltaba un pequeño empujón para saber si era o no lesbiana, para follármela, para desvirgarla, la necesidad de besarla me la iba a poner en bandeja.
Triana. – ¿Aquí, ahora?
Si.
Triana. – ¿De verdad? -roja, nerviosa y por lo que vi a través de la camiseta, excitada-, lo que me pidas.
Acuérdate de lo que acabas de decir.
Triana. -Llevo desde los doce años soñando con eso, no juegues conmigo por favor.
Olga, deja lo que estás haciendo y ven.
Dejó todo lo que tenía entre manos, lo que sorprendió a Triana, porque sin decir palabra se puso delante de mí, dándole la espalda a su sobrina, pero lo que la hizo hasta llevarse las manos a la boca para que no se le escapara una exclamación fue cuando sintió a su tía...
– ¿Qué desea de mí, AMO?, -entendió perfectamente el tono con el que la había llamado-.
Yo no deseo nada, PERRA, es tu sobrina, que quiere besarte y le he dado permiso, hazlo, cómo si me besaras a mí.
Ya no me sorprendían sus reacciones, guiñándome un ojo, Triana no lo vio, se giró poniéndose delante de su sobrina y acercándose a ella, la giró, la puso entre ella y yo, y abrazándola con fuerza, la besó, empezó delicadamente, por la frente, por las mejillas, por la barbilla, hasta que sintió cómo a Triana se le escapó un pequeño gemido, que aprovechó para meterle la lengua en su boca, mientras una de sus manos se introducían bajo su camiseta, yo no lo veía, solo veía el brazo de Olga, momento que aproveché, y pegándome a Triana, pegando mi polla a su culo, rodeé su cuerpo y por encima de su camiseta, pellizqué sus pezones, que su tía, se los había sacado del sujetador. Al sentir mis manos, intento separarse de su tía, hasta que acercándome a su oído...
Recuerda Triana, lo que yo quiera...
Se abandonó, se pegó todo lo que pudo a su tía...
CONTINUARÁ...
Recuerda Triana, lo que yo quiera...
Se abandonó, se pegó todo lo que pudo a su
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tía...
Así terminó el último capítulo...
Cómo una de las manos de su tía estaba en un pecho, yo me dediqué al otro, bajando mi mano libre sin sacarla de debajo de la camiseta hasta, con algo de trabajo, meterla por la falda, teniendo que sortear esta, los pantis y el tanga, llegando a una maraña de pelos que tuve que sortear para tocar unos labios muy húmedos. Al sentir mis dedos en su coño, se le escapó un gemido, que la llevó a separar no sin trabajo, su boca de la de su tía, teniendo que agarrarse con fuerza a ella, tras el gemido y al sentir cómo pellizqué con fuerza su clítoris, le sobrevino un orgasmo enorme. Me retiré, dejándola recuperar la respiración abrazada a Olga, sentándome en una de las sillas altas.
Déjala, y sigue con la comida.
Con delicadeza la soltó, dándole los mismos besos con los que empezó, hasta que consiguió sentarla en una de las sillas frente a mí, se giró un poco, me besó con delicadeza...
Si me da permiso me corro AMO.
Primero quítate la ropa.
Con rapidez, dejó caer la falda, mientras casi se arranca la blusa, y mirando a Triana, que roja cómo un tomate no le podía quitar la vista a su escultural tía, contemplando cómo agarrándose a la isla y abriéndose de piernas y mirándome fijamente...
Graciassssssss AMO, me corroooooooooooo.
Sin tocarse, sin importarle cómo aún seguía cayéndole su propio jugo por las piernas, siguió con la comida, sin prestar atención a lo que venía...
Cómo verás he cumplido, ¿Cómo estás?
Triana. -Se que le voy a parecer tonta con casi 25 años, pero es la primera vez que alguien me toca, me besa, y sobre todo es la primera vez que tengo un orgasmo.
No me pareces tonta, cada persona es libre de decidir sobre su cuerpo, que me cueste entenderte, puede, pero no te considero tonta, y mi pregunta no iba por ahí.
Triana. -Desde pequeña -bajando nuevamente la voz-, he deseado ese beso, he sufrido porque pensaba que jamás lo tendría.
Ese será nuestro secreto, puedes estar tranquila, que solo por ti lo sabrá, si se lo quieres confesar claro.
Triana. -A pesar de lo que ha pasado, me moriría si lo supiese, aún estoy temblando.
No pasaría nada, es tu decisión Triana, pero ya sabes, si quieres repetir, siempre tendrás que ofrecerme algo, cómo has visto ella es MÍA -lo recalque-, y hará todo lo que yo le pida.
Triana. – Uffff, si lo he visto, me he quedado a cuadros y al final aún más, eso ha sido muy fuerte, ¿Qué tendría que darte?, porque dinero no tengo...
Para no vayas por ahí, jajajaja, dinero ni quiero ni necesito, y no eres tonta y no creo que seas lesbiana, porque te has corrido con mis dedos, dedos que no has rechazado, porque cuando los has sentido, los has buscado, tu instinto de mujer los ha querido sentir.
Triana. -Cuando me ha soltado, cuando me he podido recuperar, solo he
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sentido vergüenza y ganas de salir corriendo, no te voy a mentir, pero cuando la he visto desnudarse..., solo he querido más, solo pienso en repetir...
Jajajaja, ¿quieres pasar la noche con ella?
Triana. – ¡¡¡Que!!!
Lo que has oído, te voy a proponer un trato, si aceptas esta noche será tuya., y antes de que digas nada, ya te he demostrado que cumplo con lo que digo.
Triana. – ¿A cambio de qué?
Jajajaja, te dejo pensarlo hasta que esté la mesa puesta, si cuando nos vayamos a sentar, te quedas igual que esta tu tía, si me obedeces en todo, y cuando digo en todo es en todo, pero puedes estar tranquila, no te voy a follar, eso sé que me lo vas a pedir tú, tú misma me pedirás que te desvirgue, desde que me suba al autobús luego, hasta mañana que ella se vaya a trabajar, hará todo lo que le pidas, sin negarte nada, -fue a hablar-, espera que termine yo, al primer no, a la primera duda el trato se rompe, así que ahora no contestes, si cuando nos sentemos, no lo has hecho, entenderé que no aceptas, pero mientras ella se mía, jamás volveré a ofrecerte esta oportunidad, ahora relájate y piénsalo, voy a tomarme algo.
Me levante y acercándome a Olga.
Nena ¿tienes cerveza en el frigo?
Si, y en la puerta de al lado hay una nevera con vino, por si quieres mejor vino.
No, ahora prefiero una cerveza fresquita, y para comer sí que tomare vino. ¿quieres algo?
Triana. -Una coca cola muy fría, jajajaja.
Me gustó, se estaba relajando, me quedé junto a Olga, viéndola preparar la comida, hablándome de la semana que le esperaba, y de que me tenía que hacer sitio en el armario, se la veía ilusionada.
Ya está la comida, pon la mesa Triana, que tú sabes dónde está todo.
La puso, y no se sentó, espero a que nos sentáramos su tía y yo, y poniéndose delante de los dos, se desabrochó lo falda, dejándola caer al suelo, dándole una patada, se sacó la camiseta, quedándose sin saber si seguir con los pantis o no... Sabía que tenía unos pechos duros, se los había tocado, y aún con el sujetador, se veían preciosos, aunque el sujetador era horrible, al igual que el tanga que se divisaba través de los pantis azules.
Acércate.
Lo hizo con decisión y excitada, sus pezones atravesaban el viejo y feo sujetador, cuando estuvo junto a mí se llevó un pequeño susto al verme coger el cuchillo...
Tranquila Triana solo...
No dije más, raje un poco el panty por la parte de su coño, metí los dedos y lo rasgué más, girándola un poco, con el cuchillo rompí por ambos lados el tanga, y tirando de este, se lo di con descaro a Olga, que se lo llevo a la nariz.
Uhmmmm, mi sobri sigue excitada AMO, jajajaja.
Quítate el sujetador, es feo de cojones.
Se llevó las manos a la espalda y quitándoselo, lo dejó caer al suelo.
Siéntate a comer, aunque no se si yo voy a comer lo de la mesa o
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eso que tienes empitonado, jajajaja -se puso roja cómo un tomate-, y un trato es un trato, así que MI PERRA, hará todo lo que le pidas desde que me vaya hoy hasta mañana que se vaya a trabajar, ¿me has oído PERRA?
Perfectamente AMO, y sabe de sobra que voy a obedecer.
Ahora a comer.
Si Raúl, que se va a enfriar.
Vi cómo se extrañó al ver el cambio en la forma de hablar de su tía.
Tengo una norma y procuro cumplirla, en el desayuno, comida y cena, no hay tratamiento, y se puede hablar de todo, ya sea para bien cómo para mal.
Triana. -Me tenéis alucinada, con el genio que tiene mi tía, lo que menos hubiese imaginado es verla así...
No te equivoques, ella sigue siendo la misma, solo es sumisa ante mí, y porque ella me ha entregado en plena libertad ese poder.
Triana. -No soy una pazguata Raúl, que no haya tenido o sentido la necesidad del sexo, sí que leo mucho, y algo he leído del bondage, o de sado, porque según a quien leas, lo llaman de una forma u otra.
Digamos que aunque está relacionado, no es lo mismo, todo va en la condición de la persona, ya sea Dominante o sumiso, solo se trata de ser uno mismo.
Cambiamos de tema y la hora que estuvimos comiendo, supe más de su vida, que tampoco era muy interesante, pero sí supe que la carrera la había terminado y que ya estaba en la especialización de infantil, compaginándolo con un máster, y que estaba buscando local para montar su propia clínica y echando curriculum por toda Andalucía, porque al ser una especialidad bastante nueva, en toda Andalucía existían pocos hospitales y clínicas donde poder realizar prácticas y ella pretendía hacerlas este verano.
Vamos a descansar un rato, que luego me queda un paseo hasta Granada, recoge esto, y te esperamos arriba.
No les di opción a ninguna, Olga y yo nos fuimos al dormitorio, mientras Triana se quedó recogiendo la mesa.
Quería quedarme un rato a solas, porque no te he dado opción a hablar, y quiero que tengas claro, que en ningún momento he obligado a tu sobrina a nada, ha sido todo natural y deseado por ella.
Lo se AMO, tengo mis sospechas del porque lo ha hecho, pero usted no tiene por qué darme explicaciones...
Espera, no es que no tenga que darte explicaciones, pero eso es algo que solo le incumbe a ella, si ella te lo quiere contar, será su decisión.
– ¿Y su madre?
Por ahora no quiero que sepa nada, no creo que Triana le cuente nada a su madre y al revés tampoco creo que suceda.
Nos tumbamos en la cama, y mientras esperaba la entrada de Triana, me dediqué a acariciarla, a excitarla, aunque tampoco hacía falta, estaba excitada de más, le solté el sujetador, jugando con sus pezones, hasta que sentimos entrar a Triana, que se limitó a mirarnos, sin hablar...
A que esperas, súbete a la cama, cómele el coño a MI PERRA -no hubo atisbo
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de duda-, saboréala...
Triana. -No lo he hecho nunca, jajajaja, la verdad es que no he hecho nada nunca.
Ella te guiara.
Olga mirándola a la cara, se abrió de piernas y con una mano se separó la braga...
Acércate, lame mis labios, mi clítoris yo te enseño cariño.
Empezó a comerle el coño, al principio despacio, hasta que noto las manos de su tía en la cabeza, hundiéndosela más entre sus piernas, en ese momento lamió y hasta mordió, con ganas, dejando salir todo lo que sentía por su tía. Le hable al oído a su tía, que solo asintió, ya estaba haciendo verdaderos esfuerzos para no correrse, y cuando vio que me salí de la cama, separó a su sobrina del coño y moviéndola cómo una muñeca, se dejaba hacer, la fue girando, hasta quedarse en un perfecto 69, y si con su cuñada estaba debajo, esta vez fue al revés, dejó a su sobrina con la cabeza en el filo de la cama, quedándose ella encima y ofreciéndome su coño, su culo...
Me puse tras ella, viendo cómo Triana, lamía cada vez con más ansia el coño de su tía, con los ojos cerrados, los mismos que abrió al sentir cómo mi polla rozo su nariz, al introducirme en el culo de Olga...
Triana. -Aggggg, me meoooo, me corroooo, para titaaaaa.
No eres nadie PERRA, aquí solo manda MI AMO -alzando un poco la voz, e incrustando nuevamente su boca en el coño-.
Cómo me gusta tu culo PERRA, ufffffff, aguanta.
Estuve un buen rato entrando y saliendo de su culo, sintiendo durante ese rato las varias corridas a cuál más fuerte de Triana, que más de una vez, ya había lamido mi polla, cuando salía del culo de su tía.
Me corroooooooo, cómo me gusta tu culo PERRA, aggggg, hazlo PUTA -y se corrió, tuvo un squirt que le cayó entero en la boca a Triana, con el añadido de que yo terminé de correrme en la boca de esta, que no pudo evitar tragarse, tampoco vi intención de retirarse-, ufffff, cada día disfruto más de ti PERRA.
Me separé de ellas, dejándolas recuperarse, contemplando cómo Olga, con delicadeza y mimo, giraba a una desmadejada Triana, hasta juntar sus bocas, dándose un morreo, y limpiando con su lengua, la cara llena de líquidos suyos y semen mío.
Os espero fuera.
Me senté, no tardando en salir primero Olga, que besando mi mano, se arrodillo y apoyo su cabeza en mis piernas. Triana al ver lo que hizo su tía, iba a hacer lo mismo...
No, coge una toalla y siéntate en el sillón, tú no eres mi sumisa, no me debes pleitesía, (noté, porque es lo que pretendía ver, desilusión-, lo nuestro es un trato, que acaba mañana.
Triana. – -Sentándose-, ¿y que pasara después?
Jajajaja, me parece que le está haciendo proposiciones deshonestas AMO.
Se puso mucho más roja de lo que ya estaba.
Tú seguirás con tu vida y nosotros con la nuestra, no creo que sepas estar a la altura cómo para que te acepte -quería marcarle
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mis palabras, crearle el deseo-, de todas formas dentro de un rato me voy, y tú podrás hacer con MI PERRA lo que desees, así que aprovecha, no creo que se dé otra ocasión.
En parte conseguí mi propósito, porque se puso nerviosa, no hacía nada más que restregarse las manos, cómo queriendo decir algo, pero no se atrevía. Bajando la cabeza...
Triana. – ¿Y si le pidiera una oportunidad?, por favor déjame intentarlo, no voy a defraudarle...
Creo que no sabes lo que dices, estas excitada, has tenido tus primeros orgasmos, tu primer sexo, no puedo aceptarte y que mañana cuando te tranquilices des un paso atrás y nos perjudiques a tu tía o a mí.
– ¿Puedo hablar AMO? -sabía perfectamente mis intenciones-.
Si.
No creo que mi sobri nos perjudique, sé que desde que usted se suba al autobús, tengo que obedecerla en todo, pero también puedo explicarle donde se puede meter, cómo debe de comportarse y vestirse, y mañana cuando se vaya, que se lo piense y que en un par de días, cuando ya esté más tranquila, que le dé una contestación.
Triana. -Si, por favor SEÑOR -en ese momento supe que iba a disfrutar mucho de una nueva PERRA-, creo que ya no sería capaz de separarme...
Espera, creo que no es el momento, porque si es por eso, desde ya te digo que no.
Se dio cuenta de que iba a meter la pata.
Triana. -No es eso solo, y lleva razón SEÑOR, y si me lo permite, cuando hablemos la semana que viene -estaba convencida-, se lo explico mejor.
De acuerdo, mañana que te de tu tía mi número de teléfono y el martes o miércoles, me llamas, o me escribes un mensaje.
Triana. -Gracias SEÑOR.
Ponme un café PERRA...
Triana. – ¿Puedo hacerlo yo, SEÑOR?, le aseguro que me salen mejor que a mi tía.
Jajajaja, eso es cierto AMO.
Nos relajamos en lo que quedaba de tarde, hasta que quedaba poco para irme.
Vamos a la ducha PERRA. -con la cabeza le indique a Triana que me siguiera-.
Pegó un salto y entrando delante de mí y sin quitarse ni el sujetador ni las bragas y menos las medias, se puso de rodillas en la ducha.
– ¿Por favor AMO?
Cómo sabía lo que quería, y mirando a Triana, apunté a su boca a su cara y me meé en ella, viendo la cara de sorpresa de Triana, y a la vez cómo se le ponían tiesos los pezones. Se incorporó y con mimo y viendo que se acababa, me lavó con unas pequeñas lágrimas cayéndole por sus mejillas.
Tranquila Nena, solo van a ser unos días, porque si tardan en darme el traslado, el fin de semana que viene, estaré aquí.
Lo se AMO, pero no lo puedo evitar, aun no se ha ido y ya lo echo de menos.
Me salí de la ducha, donde me estaba esperando una alucinada Triana con la toalla en la mano.
Triana. – ¿Me deja secarlo SEÑOR?, cómo usted ha dicho esto es un trato hasta mañana, por lo que aún sigo a sus órdenes.
Para que mentir, me volví a empalmar, pero
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ya se hacía tarde.
Jajajaja, sécame.
Al igual que hizo su tía bajo la ducha, ella me secó con mimo, recreándose todo lo que pudo. Me vestí...
Cómo el viernes estaré aquí, no me voy a llevar nada, os dejo todo, por si necesitáis algo esta noche, jajajaja.
Mientras a Olga se le escapó una carcajada, Triana se volvió a poner roja.
Acércame a la estación de autobuses y que tu sobrina se quede limpiando y ordenando todo esto.
Salimos de la casa, no me despedí de Triana, observando un poco de desilusión en su cara.
No quiero saber nada de lo que pase por ti, dejaremos que sea ella si da el paso la que me lo cuente.
Jajajaja, sabes que lo va a hacer, aunque ahora la ha dejado con la mente llena de dudas, jajajaja.
Lo sé, esa es mi intención.
– ¿Le puedo pedir un favor?
Claro que puedes, no solo eres mi sumisa Nena.
Aunque no hablemos hasta mañana, ¿me puede escribir un mensaje cuando llegue a casa?
Por supuesto, de todas formas lo iba a hacer.
No dejé que aparcara, la besé con deseo, con amor, porque era lo que sentía por ella y me fui a coger el bus. No me enteré del viaje, fue subirme y cerrar los ojos. Al llegar a casa, le escribí a Olga, me duché y me metí en la cama, iba a tener una mañana intensa de trabajo y a ser posible de cambios.
El lunes y martes hablamos bastante por teléfono Olga y yo, sin mentar en ningún momento a Triana, hasta que el martes a última hora...
“Buenas noches SEÑOR, ante todo y asumiendo el error que cometí, le quiero decir, que en parte es cierto que haría cualquier cosa que me dejara estar junto a mi tía, pero mi cuerpo cuando más reaccionaba era al ver cómo disponía, cómo ordenaba, cómo hace suyo todo lo que le rodea, con naturalidad, ver a mi tía feliz, le pido humildemente me acepté y si en un tiempo, el que usted considere no soy lo que usted desea, solo tendrá que decírmelo y me alejaré”
Me gustó mucho su sinceridad, era más de lo que esperaba, y no quería contestarle a ella, así que llame a Olga y le dije que la llamara y que si no la había puesto al día de todo lo que le iba a exigir o hacer, que lo hiciera, que era su responsabilidad que la próxima vez que estuviese delante de mí, estuviese educada.
Se alegró mucho, y me dijo, que sin entrar en detalles tal y como yo le ordené, sí que la puso al día de todo lo que iba a vivir. El miércoles por la mañana recibí una llamada de Olga, cosa que me extraño, ni ella ni yo lo hacíamos en horario de trabajo, por lo que me preocupé y le contesté, saliéndome de mi oficina.
Dime Nena, ¿qué pasa?
Jajajaja, sabía que te ibas a preocupar, y no pasa nada, estoy con mi cuñada, mi sobrina, mañana tiene una entrevista en una clínica de Granada, y su madre va a ir con ella, pero es a las nueve de la mañana e iban a buscar un hotel, para esta noche, pero les he
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dicho que se esperasen, que lo mismo tienes sitio.
La entendí perfectamente...
Por supuesto, ahora te mando mi dirección, y será mejor que le des mi número a Amparo y que cuando estén llegando que me llamen y salgo a buscarlas.
Gracias Raúl...
No la deje seguir.
Llámame ahora cuando estés sola, que eres una bruja jajajaja, pero me gusta.
Se despidió con una carcajada y colgó.
A la media hora más o menos, me volvió a llamar...
Hola de nuevo, jajajaja, que sepas que la idea no ha sido mía eh, ha sido cosa de mi cuñada, pero antes me ha pedido permiso, te anticipo, que le he dicho que eso solo tú puedes hacerlo, supongo que tiene esperanza de estar un rato a solas contigo, que ilusa es, jajajaja.
Y tú que mala Nena, porque supongo que por dentro te estabas partiendo de risa, y antes de nada, ¿cómo lleva la separación?
Muy bien, creo que ambos lo deseaban, mi hermano se ha ido a casa de mi madre, pero porque ha querido.
– ¿A qué hora llegaran?
No lo sé seguro, han hablado de comer por el camino, les he dicho que hasta las seis de la tarde no terminas, así que sobre esa hora llegaran, nosotras no salimos hasta las tres. Otra cosa, me estoy riendo antes de contárselo, tanto una cómo otra en privado me han pedido que te diga que por favor no las pongas en evidencia.
Jajajaja, lo suponía, te dejo que tengo que terminar, te quiero Nena, ya hablamos.
Lo que no sabían es que yo vivo en un apartamento de una sola habitación, eso sí con una cama grande. Me dediqué a trabajar, yendo a la hora de comer a mi casa, algo que no suelo hacer, pero cómo no esperaba a nadie, la tenía un poco patas arriba. La tarde se me pasó volando, ya que el jueves iba a ser mi último día en Granada, me habían dado libre el viernes y el lunes para la mudanza, todo era bueno, ascenso, más sueldo y ayuda para pagar el alojamiento. Sobre las seis y media, cuando estaba entrando en mi piso, me llamó un número que no conocía, por lo que supuse que era el de Amparo, aunque la que estaba al teléfono era Triana.
Triana. -Hola Raúl, creemos que estamos cerca de tu piso, no te hemos querido llamar antes por si estabas trabajando.
Hola Triana, ya estoy en casa, dame alguna indicación...
Hemos pasado el Alcampo y estamos paradas en un concesionario Peugeot...
Jajajaja, vale no os mováis, estáis a diez metros, bajo enseguida.
Cogí las llaves de la cochera, que cómo aún en mi bloque quedaban bastantes pisos por vender, había aparcamiento de sobra. Nada más salir gire la cabeza y las vi, habían salido del coche, ufffff, no parecían madre e hija, ambas con falda, Triana llevaba la misma falda vaquera de la primera vez y su madre una falda o vestido, con el chaquetón que llevaba no lo podía apreciar, pero de lo que si estaba seguro es que ambas venían con medias. Me acerqué y
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las besé a las dos.
Vamos a meter el coche en la cochera de mi bloque.
Sin darle opción a Triana, me subí en el sitio del acompañante, junto a Amparo, que al sentarse, dejo asomar la blonda de sus medias negras, y no hizo intención de taparse.
Aparcamos y subimos al apartamento...
Dejad la maleta -solo traían una- en la habitación, y la puerta de al lado es el baño, por si tenéis que usarlo, entro Amparo a dejarla, saliendo y precipitándolo todo...
Amparo. – ¿Solo tienes una habitación? ¿dónde?...
La cama es grande para que quepamos los tres -vi estupor en sus caras-, jajajaja, cambiar esa cara, PERRAS, porque las dos lo sois, y tú eres la menos indicada, estabas dispuesta a entregarme a tu hija.
Las dos se miraban entre ellas sin saber que decir.
Las normas son siempre las mismas...
Me gustó, porque las dos no me dejaron terminar, se quitaron los abrigos, aunque la más rápida fue Triana que no tardó nada en dejar caer la falda y quitarse la camiseta que traía y al ver que a su madre le costaba desabrocharse el vestido, ya más tranquila, se acercó y la ayudó a bajar la cremallera de este, dejándolo caer por el cuerpo de su madre.
De rodillas -ambas más tranquilas de lo que esperaba-, las dos os habéis entregado libremente, aunque mientras tu madre me pertenece y es MÍA, tú estás a prueba, ¿queda claro?
Triana. -No le voy a fallar SEÑOR.
Amparo. -Usted ya sabe mi respuesta SEÑOR.
Para ti AMO.
Amparo. -Gracias AMO.
Me desnudé frente a ellas...
– ¿Dónde está la clínica?
Triana. -No es una clínica SEÑOR, es en el maternal es del SAS.
Mejor, está muy cerca, no te merece la pena ni coger el coche, enséñale a tu hija come se come una polla PERRA.
Dando unos pasos a cuatro patas, se puso delante de mí y sin usar la manos se llevó a su boca una polla ya durísima, mientras Triana mirándome me pidió permiso para acercarse, y al ver cómo asentí, se acercó a cuatro patas, quedándose a escasos milímetros de la boca de su madre y de mi polla.
Ufffff, es lo mejor que haces PERRA, espero que la PUTA de tu hija aprenda, sigueeee.
Verlas allí a las dos, a cual más buena, de rodillas iba a conseguir que me corriera enseguida, y no era mi intención, por lo que agarrándola del pelo, la separé y girándome un poco se le metí a Triana, que abrió la boca rápidamente e intentando imitar a la GUARRA de su madre, empezó a lamer y chupar, pero ni se le acercaba, así que cogiendo su cabeza con mis manos, empecé a follármela con fuerza, tanto que le vino más de una arcada, hasta que note que me iba a correr, se la saqué y juntando sus cabezas con mis manos, me corrí...
Aggggg, me corroooo PERRAS, -era tanta mi excitación que fue una gran corrida, que repartí en la cara de las dos, separándome-, limpiaros.
Triana iba a llevar sus manos a su cara para
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limpiarse, no lo había entendido, Amparo sí, y cogiéndole la cabeza con sus manos, llevó su lengua a la cara y empezó a limpiársela, no tardando nada en ser correspondida, en notar la lengua de su hija en su cara, lo que las llevó al final a juntar sus bocas, sus lenguas, mientras sentándome me quede observándolas, admirándolas, cómo la pasión de la una por la otra iba creciendo.
Podéis correros PERRAS -quería ver hasta donde llegaba su excitación-, quiero sentiros...
Podéis correros PERRAS -quería ver hasta dónde llegaba su excitación-, quiero sentiros...
Así terminó el último capítulo...
Mientras Triana se agarró fuerte a su madre para evitar caerse por la intensidad del orgasmo, observe como Amparo, se apretó con fuerza un pezón, llevándola también a un gran orgasmo. Triana soltándose de su madre se fue dejando caer hasta quedar totalmente tumbada en el suelo, siendo observada por Amparo que se quedó de rodillas con los talones pegados a su culo y por mí.
Amparo. -Aunque usted no me lo prohibió, porque hasta el viernes no tenía que darle una contestación, no me he tocado AMO, eso sí, me he tenido que cambiar de bragas por lo menos tres veces al día, jajajaja. -me encantaba el humor de las tres, pero el de Amparo era el mejor-.
Triana. -La última vez, -reincorporándose y colocándose en la misma postura que su madre- fue el lunes por la mañana SEÑOR, antes de irme de casa de mi tía, siguiendo su consejo.
Me gusta, no teníais porqué, y lo tendré en cuenta, espero que no haya problemas entre vosotras.
Amparo. -Por mi parte no los habrá AMO -con una sonrisa de oreja a oreja-, sabe que estaba dispuesta a entregársela si usted me lo hubiese pedido, y ya veo que no ha hecho falta, jajajaja, ahora entiendo su equipaje, jajajaja, mira que no darme cuenta al ver que no ha metido ningún pantalón y sobre todo que haya echado medias, es la primera vez que las usa, por lo menos que yo sepa.
– ¿Eso es cierto?
Triana. -Si, jamás había usado medias, y bragas solo cuando tengo la regla, y tampoco le crearé ningún problema SEÑOR, se cuál es mi sitio y que por ahora soy la última de sus preferencias.
No eres la última, no es eso, simplemente tú estás a prueba, y a no ser que tu tía o yo lo digamos, tu madre, no puede pedirte ni hacerte nada, eso sí, nunca olvides que ella es tu madre y como tal tiene y debe actuar, eso no va a cambiar nunca, pero a las dos os tiene que quedar claro que no estando yo presente, Olga será vuestra AMA y como tal la tenéis que tratar.
Triana. -Lo entiendo, todo esto es muy nuevo para mí, SEÑOR, espero un poco de paciencia y compresión.
Respondes muy bien PERRA, y tu excitación conforme has besado y lamido a tu madre ha ido creciendo, no has mostrado rechazo, así que no te va a resultar difícil.
Triana. -Gracias
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SEÑOR.
– ¿Hasta cuándo os quedáis?
Amparo. -Nos tenemos que ir mañana, porque trabajo el viernes.
Mejor, mañana es mi último día aquí, ya tengo el traslado concedido, y no le vayáis a decir nada a Olga, le quiero dar una sorpresa, espero trabajar solo hasta mediodía, así que comeremos por aquí y nos vamos después de comer, si no me puedo escapar antes, nos iríamos a las seis de la tarde. Ahora asearos un poco y nos vamos al centro a tomar algo y cenar, y de paso te enseño donde está el hospital.
Se levantaron y entraron en el baño, se las veía muy bien y tranquilas y eso me gustó mucho. Aproveché que salieron a vestirse, para darme una ducha rápida, y a las ocho pasadas cogimos mi coche, sentándose Triana delante conmigo, demostrándome que su tía la había aleccionado, pues se subió la falda, sentándose sobre su culo. Pasamos primero por el hospital para que Triana viese donde estaba, me dirigí al centro, metiendo el coche en un parquin, y dando un paseo entramos en un restaurante no turístico, donde suelo ir bastante a cenar. Las dos llamaban la atención, solo me tenía que fijar en cómo más de uno volvía la cabeza al verlas pasar. Nos sentamos a cenar tranquilamente...
Triana. -Esta tarde he entendido porque mi madre se ha decidido a dar el paso, la tonta de mi había pensado que fue mi tía, jajajaja.
Por lo que he visto, es algo que todos esperabais ¿no?
Amparo. -Llevábamos mucho tiempo donde solo existía el cariño, y cuando el domingo lo hablamos, lo que me sorprendió es como ambos nos liberábamos.
Me alegro por todos, y con tu tía ¿Cómo te fue? -mientras Triana se ponía roja, a su madre se le escapo un taco-, jajajaja, no te sorprendas, si ella está aquí es al igual que tú con permiso de Olga.
Triana. -Esperaba que ella te lo hubiese contado, y ya veo que era verdad cuando me dijo que no lo iba a hacer, no se ponerle palabras Raúl, un sueño hecho realidad -su madre se atragantó y todo al oírla-, pero también distinto a lo vivido contigo, creo que de una forma u otra necesito sentir el poder, tu poder, porque aunque disfrute mucho, estuvimos más tiempo hablando de ti, de quien eres y de lo que esperas de tus sumisas.
Amparo. – ¿Qué es eso de un sueño hecho realidad?
Jajajaja, hablas de más, y creo que ya que has llegado hasta aquí, deberías de hacer partícipe a tu madre de ese secreto.
Triana. – -Poniéndose roja-, de siempre he estado enamorada de la tita, y en cinco minutos él se dio cuenta, que fue lo mejor que me pudo pasar, porque ahora y siempre que él lo permita, tendré la oportunidad de estar con ella, y sobre todo de estar con él -bajando la voz- no puedo evitar mojarme solo con estar a su lado.
Eso ya lo hemos hablado, pero iremos concretando conforme vayas avanzando, pero deberías de hablarlo también con tu
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tía.
Triana. -Si, es algo que tengo decidido, pero antes quería tu consejo, porque me gustaría hacerlo delante de ti y de alguna forma -se volvió a poner roja-, romántica.
Amparo. -Me he quedado a cuadros, jajajaja, ahora entiendo a tu abuela, cuando me decía que estabas más pegada a tu tía que a tus padres, aunque no creo que ella fuera por ahí, sí que notó que te gustaba estar más con ella que con nosotros.
La cena se hizo amena y corta, a ambas se les notaba el cansancio, así que no tardamos nada en coger el coche...
Súbete tú ahora a mi lado PERRA, y tú detrás de ella.
Lo hice con la intención de ver cómo lo hacía, y efectivamente, o porque se lo había dicho Olga o por ver a su hija antes, se subió el vestido que al ser estrecho la dejaba con las medias y las bragas al aire, y lo que más me gusto fue cómo se abrió de piernas, invitando a mi mano. Fue salir del parquin y llevar mi mano a sus piernas y acariciarlas, a meter mis dedos entre sus bragas hasta introducirlos en un coño chorreante que al sacarlos los llevaba tanto a su boca como a la de su hija.
Desabróchale el vestido a la PERRA de tu madre, mete las manos, aprovéchate de sus pechos.
Dicho y hecho, con la ayuda de su madre, lo desabrochó, al estar tan pegado, no podía, por lo que sin cortarse, metió sus dos manos y se lo rasgo entero por la espalda, llevando sus manos bajo su sujetador y con fuerza empezó a martirizarle los pezones, Amparo solo gemía, con su mirada me suplicaba casi que la dejase correr, y no era mi intención, se agarraba al asiento, haciendo fuerza para no correrse, pero no lo pudo evitar, y cuando estábamos entrando en mi cochera...
Amparo. -Agggggg, me corroooooooo, lo siento, no he podido, agggggg, parad por favorrrrrrrr.
Triana no dejó de martirizar los pechos de su madre, porque un par de veces que giré mi mirada para verla tenía un rostro entre sádico y excitado. No paramos hasta que no se cerró la puerta de la cochera.
Amparo. -Lo siento -intentando recobrar la normalidad-, no lo he podido evitar AMO.
No pasa nada, pero sabes muy bien lo que te va a pasar PERRA.
Bajando la cabeza asintió. Salimos los tres del coche, no haciendo en ningún momento Amparo intención de arreglarse, así que hasta el piso subió, con el vestido enganchado en su cintura y rasgado totalmente por su espalda, y sus pechos aunque tapados por el vestido, totalmente fuera del sujetador, notándose que seguía excitada. Las cogí a ambas por la cintura y durante el poco trayecto de la cochera al piso fui alternando sus bocas, morreándolas, saboreándolas. Fue entrar por la puerta y desnudarnos Triana y yo, negándole con la cabeza a Amparo que lo hiciera. En mi mente estaba desvirgar a Triana, pero quería que me lo pidiese ella.
Vas a ser castigada PERRA, apoya tus manos
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en los brazos del sillón y saca el culo, y tú coge mi correa de los pantalones -se habían quedado en el suelo de la entrada-, quiero que le des 20 azotes y como le dije a la PERRA de tu madre el otro día, si veo que no se los das bien, serás tú la castigada.
Mientras Triana cogía la correa, me acerqué a Amparo y metiendo mis manos en el encaje de unas bragas negras preciosas, se las rompí, y tirando de ellas se las subí más arriba de su cintura, con su ayuda le saqué el vestido de sus brazos, riéndome al verla así, con el vestido hecho trizas al igual que las bragas, y sus tetas empitonadas al aire, lo único que seguía en condiciones, eran sus medias y zapatos. Dejé que Triana, doblando el cinturón se situara tras su madre, y con fuerza, diría que hasta con sadismo, empezó a propinarle azotes a su madre, lo que me llevó a pararla cuando iba por el décimo.
Para PERRA, y tú, si te corres te perdono el resto.
Lo estaba deseando, y ante la mirada extrañada de Triana, se corrió, tuvo un squirt, que dejó el suelo perdido.
A que esperáis PUTAS, limpiad el suelo ¡¡¡ya!!!
Amparo con el culo morado, bastante morado, fue más rápida que su hija, que se había quedado paralizada al ver la corrida de su madre, pero reacciono enseguida, tirándose al suelo y junto a su madre usó la lengua para lamer la corrida de su madre, momento que aproveché para mearme en las espaldas de las dos.
Vamos a la ducha PERRAS.
Lo mejor de mi piso es la ducha, es una especie de spa por lo que es muy grande y espacioso. Esperé que las dos, que en ningún momento hicieron intención de levantarse, entrasen en la ducha y se pusieran de rodillas, solo se quitaron los zapatos.
Quedaros solo con las medias PERRAS, y quedaros de pie.
Triana tuvo que ayudar a su madre para poder sacarse el destrozado vestido...
Triana. -Me dijo que se lo tenía que pedir, y no se lo pido SEÑOR, se lo ruego, por favor hágame suya.
Era algo que su madre por la cara que puso no sabía.
Lávanos PERRA.
Cogí a Triana y empecé a besarla, con fuerza, mordiendo su boca, su lengua, mientras la sentía gemir, poco a poco la fui girando hasta dejarla de espaldas a la pared y haciendo que se cogiera con fuerza de mi cuello, entrelazara sus piernas en mi cintura, aprovechando el momento, para de golpe desvirgarla.
Triana. -Aggggg, siiiii, gracias SEÑOR, ufffffff, llevo noches pensando, agggggg.
En ningún momento su madre había dejado de lavarnos a la vez que nos besaba.
De rodillas PERRA, come su coño y mi polla.
No sin trabajo, se puso bajo el culo de su hija, llevando su boca y su lengua a nuestros sexos.
Puedes correrte cuando quieras.
Triana. -Siiiii, graciassssssss, me corrooooooo.
No la dejé seguir gritando, pues metí mi lengua en su boca,
Me corrooooooo, aggggggggggggg, ufffff, ¡¡¡voy a preñarte
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PUTA!!!
Triana. -Siiiii, preñe a esta PUTA, su PUTA, soy suya -a pesar del agua pude contemplar cómo lloraba de felicidad-, suya, suya, SEÑOR, gracias.
Separándome de ella y con cuidado de no hacer daño a una Amparo que estaba justo debajo de su hija, la fui dejando caer al suelo, sus piernas no la sostenían, y asintiendo a su madre con la cabeza, está la acercó a ella, y empezó a besarla, al principio con delicadeza, con amor, hasta ir poco a poco subiendo la intensidad, bajando por su cuerpo, hasta depositar su boca en el coño y devorárselo, mordérselo.
Triana. -Ufffff, ¿Me puedo correr SEÑOR?
Podéis, os lo habéis ganado PERRAS.
No sé quién de las dos se corrió con más fuerza, se confundían sus gritos, sus gemidos de placer. Triana se acurrucó en el suelo, sintiendo el agua en su cuerpo, y su madre se levantó, y sin hablar, pero con una sonrisa de agradecimiento, me lavó, besando cada milímetro de mi piel, limpiando mi polla con su boca.
Ayuda a tu hija -mientras salía de la ducha-, y cuando estéis secas, avísame que te eche crema en ese culo.
No hubo palabras, tardaron veinte minutos en salir, entrando directamente al dormitorio, no tardando en salir, cada una con un conjunto de braga, sujetador y medias, aunque descalzas, y una toallas liadas en sus cabezas, lo que hizo que me volviese a empalmar, pero era tarde y ellas más que yo estaban cansadas.
Acércate y gírate PERRA.
Me gustó la cara de sorpresa de Triana, al ver cómo con delicadeza, le apliqué una crema reparadora a su madre.
Vamos a la cama, que a las ocho cómo muy tarde tendremos que levantarnos.
Las cogí de la mano, primero a Amparo y después a Triana, les quité el sujetador, y las bragas, besando cada milímetro de su piel, los que las llevó a excitarse, por cómo se les erizo el vello, los pezones.
Buenas noches PERRAS.
No tardamos, por lo menos yo, en quedarnos dormidos, teniendo a una en un lado y a la otra en el otro. Sobre las siete de la mañana abrí los ojos, encontrándome por la postura a Amparo, despierta, con su mirada fija en la mía y con una sonrisa.
Amparo. – -En voz baja-, buenos días AMO.
Buenos días PERRA -acercando mi boca a la suya y besándola-, súbete...
Con cuidado, alzando la ropa, se sentó sobre mi polla y despacio, recreándose, empezó a subir y bajar, mientras me encargaba de sus hermosos pechos, lo que la llevo a elevar el tono de sus gemidos, que despertaron a Triana.
Triana. -Uhmmmm, buenos días, SEÑOR.
Déjate de buenos días PERRA, ponte pie, agárrate al cabecero y ponle el coño a la GUARRA de tu madre en la boca.
Pegando un salto que casi la hace caer de la cama, pasó sus piernas por mi cabeza y cogiendo a su madre del pelo, le puso el coño en su boca.
No tenéis que pedir permiso PERRAS.
Lo hice para saber hasta dónde llegaba su
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entrega, y ninguna se corrió, hasta que...
Ufffff, me corrooooooo PERRAS.
En ese momento las dos lo hicieron, el de Triana fue tan fuerte, que parte de su corrida cayó sobre mi cara, sobre mi boca. Se quedaron muy paradas, hasta que yo solté una carcajada.
Uhmmmm, sabes muy bien PUTITA, y ahora mientras me ducho, preparad café, esta todo a la vista.
Tanto la madre cómo la hija no dejaban de sorprenderme, entrando en el baño antes que yo, se arrodillaron.
Gracias PERRAS.
Apuntándolas a la cara a la boca, me meé en ellas.
Prepara tú el desayuno, tu madre se va a duchar conmigo.
Ahora mismo SEÑOR.
Nos dimos una ducha rápida, pero no menos excitante, haciéndola llegar a un nuevo orgasmo, con mis dedos dentro de su coño. Me secó y mientras lo hacia ella, salí a por mí café, parándome un poco a contemplar a una radiante y feliz Triana.
Triana. -Aquí lo tiene SEÑOR.
Estamos en el desayuno...
Triana. -Perdón Raúl, prefiero pasarme a quedarme corta y mi culo rojo, jajajaja.
Entra a ducharte, aunque es temprano, así nos da tiempo a organizarnos.
Se cruzó con su madre, que ya salía del dormitorio, con un conjunto rosa -le gustaba ese color-, de braga y sujetador y unas medias claras.
Amparo. -He pensado que yo me puedo quedar aquí, porque habrá que limpiar todo el desaguisado, jajajaja, sobre todo cambiar la cama, y cuando sepas a qué hora nos vamos me avisas.
Me parece bien, porque el piso va a estar cerrado, aunque tendré que venir el fin de semana que viene a por más cosas.
Amparo. -Si me dices que te vas a llevar, te preparo la maleta.
Me parece bien, termina el café, voy a ponerte en lo alto de la cómoda la ropa que me voy a llevar.
La dejé y entré en mi dormitorio, viendo cómo se vestía Triana, le sonreí y le guiñé, lo que le sacó una sonrisa de orgullo y que se recreara más al enfundarse las medias en sus bonitas piernas. Bajé de la parte alta de mi armario dos maletas grandes y descolgando la ropa y sacando de los cajones mi ropa interior, se lo dejé todo en la cómoda a Amparo, así como los accesorios y juguetes que me quedaban, ya que la mayoría los había dejado en casa de Olga. Al salir nuevamente al salón / cocina, ellas estaban en una animada conversación, así que aproveché y llamé a Olga, que si no estaba en el trabajo, estaría llegando, y en pocos minutos la puse al día, aunque obvié decirle que yo iba con su cuñada y sobrina. Sobre las ocho y media...
Vámonos Triana, ahí te dejo un juego de llaves Amparo, por si tienes que salir, luego te llamo.
Cogimos mi coche y en cinco minutos la estaba dejando en la puerta del maternal.
Suerte Triana, cuando acabes queda con tu madre, en cuanto sepa a qué hora nos vamos, la llamaré.
Se acercó a mí y me dio un cálido beso en los labios.
Triana. -Gracias SEÑOR.
Observé cómo bajaba
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los escalones, con clase y elegancia, llevaba unas medias negras a la vez que una falda también negra por debajo de las rodillas, una blusa blanca y un abrigo negro, y seguí mi camino a mi trabajo. Una vez en mi oficina, me llevé una grata sorpresa, mis jefes me dijeron que cómo no había nada pendiente, que me podía ir cuando quisiera, así que recogí las pocas cosas que quedaban e invite a mis compañeros a desayunar, por lo que a las once llame a Amparo.
Hola Amparo, ¿Cómo vas?
Amparo. -Muy bien, esperando a que terminé la secadora, ya lo tengo todo preparado, iba a bajar con Triana al bar de abajo a desayunar.
Perfecto, yo tardo quince minutos, ahora os cuento.
Colgué y saliendo del parquin de mi oficina, y cómo una semana al mes tendría que, como todos los que están fuera, volver a trabajar allí, no tuve que entregar la tarjeta. Metí mi coche en mi cochera y me dirigí a la cafetería. Al entrar las vi sentadas en una mesa, riéndose, por lo que deduje que muy mal no le había ido a Triana.
– ¿Qué hacen mis chicas preferidas?
Amparo. -Tus chicas disfrutando de un desayuno granaíno, jajajaja, -bajando la voz-, y sus sumisas deseando su llegada.
Jajajaja, que pelotas sois -sentándome-, ¿Cómo ha ido todo?
Triana. -Muy bien, y como le acabo de decir a mi madre, también un poco triste, me han concedido las practicas, así que este lunes no, el siguiente, me tengo que incorporar.
– ¿Triste por qué? -sabía la respuesta-
Triana. -Se que no tendría que estarlo, porque hasta que te conocí, solo deseaba encontrar donde hacer mis prácticas.
No me gusta que digas eso, el trabajo es lo primero, es tu futuro, y solo es temporal, además de que no tendrás que buscar piso, ahí este el mío.
Amparo. -Eso mismo le he dicho Raúl, hasta lo del piso.
Además no siempre vas a estar sola, yo tengo que estar aquí una semana al mes por trabajo.
Me gustó, me sacó una sonrisa, al ver cómo se le iluminaba la cara.
Amparo. -Jajajaja, ya se le ha ido la tristeza, ¿y tú que haces tan pronto aquí?
Me lo han dado libre, así que terminad el desayuno, vamos arriba a coger el equipaje y nos vamos.
Triana. – ¿Y tú coche?
No nos vamos a ir en dos coches, cómo el fin de semana que viene, vendré a por más cosas, ya me lo llevó.
Triana. -Ese día si tú no dices lo contrario me vengo contigo.
Amparo. -Jajajaja, esta no te suelta, jajajaja.
Jajajaja, no, y fuera de coñas, es lo lógico, y así conoce la zona mejor.
No tardamos nada en bajar las maletas entre Triana y yo, mientras Amparo, que se empeñó, sacaba la ropa de la secadora y terminaba de fregar el suelo. Sacamos el coche de la cochera y a los diez minutos apareció Amparo.
Conduzco yo, y antes de entrar en Sevilla lo coges tú, sabrás llegar mejor que yo al hospital a recoger a Olga.
Amparo. -Cómo quieras, -subiéndose
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atrás-, antes he estado hablando con ella, está deseando que llegué mañana para verlo, jamás la había visto tan ilusionada Raúl.
Yo también lo estoy, es todo lo que he deseado siempre, en un rato que la llame Triana y que le diga que la vais a recoger, que queréis comer con ella, y contarle...
Amparo. -Habría que llamarla ya, solemos comer allí.
No tardó en hacerlo, el resto del trayecto fue muy ameno, casi toda la conversación la acaparó una muy ilusionada Triana, sobre su trabajo, aunque de vez en cuando dejaba caer sus ganas de ser una semana entera mi sumisa, recalcando que siempre y cuando yo la aceptara, lo que nos hacía reír a su madre y a mí, sabíamos perfectamente que iba a ser mía. A la entrada de Sevilla y cómo íbamos con tiempo, paramos en una venta a tomar algo y que Amparo cogiera el coche. Al reanudar el viaje, deje a Triana junto a su madre, subiéndome atrás, justo detrás de ella, y al salir a la autovía, lleve mis manos a sus pechos, abriéndole botón a botón su blusa...
Ni se te ocurra correrte PERRA.
No habló, solo vi el movimiento de su cabeza diciendo que no. Intercambiaba las caricias con pellizcos en sus pezones, sintiendo y recreándome en sus gemidos, en sus esfuerzos para no correrse.
– ¿Cómo tiene el coño la PUTA de tu hija?
Me entendió muy bien, alargo su mano y la metió bajo la falda de su hija, sacando unos dedos muy mojados, que se llevó a la boca.
Amparo. -Uhmmmm, muy mojado y sabroso AMO.
Hazlo otra vez, quiero que se saboreé ella también.
Lo hizo, la excitación de esta era tal, que lamió y chupó con ansia la mano de su madre.
Cuando tu tía se suba, quiero que te corras PERRA.
Triana. -Ufffff, lo intentaré, estoy uffff.
Se lo dije cuando estábamos entrando al hospital, viendo al final de la escaleras a Olga, que cuando paro Amparo y al ver a Triana junto a ella, no se fijó en mí, y al abrir la puerta...
Olga. – ¡¡¡Que!!!, oh, qué hace aquí...
No le dio tiempo a hablar más...
Triana. -Me corrooooooo, me meoooooo agggggg, gracias SEÑOR, graciassssssss.
Vámonos a comer -cogiendo a Olga del pelo con fuerza-, ¡voy a follarte PERRA!
Me desabroché los pantalones alcé mi culo y me bajé los pantalones lo justo para liberar mi polla, mientras ella sin quitarse la chaqueta que llevaba, se subió su falda floreada de vuelo y apartándose la braga, se le metió en un coño ya húmedo.
Lo he echado de menos AMO, ufffff, que ganas de sentirlo, me corrooooooo.
Era increíble solo sentir mi polla en su coño se corrió, pegó su boca a la mía y empezó a besarme con ansia y no dejó de hacerlo hasta que sintió mi corrida en su coño y ella se volvió a correr. Se quedó pegada a mí, recuperando la respiración, hasta que la conseguí separar... y vi a Triana hablando por teléfono.
Amparo. -Está encargando la comida AMO, ya es
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tarde, vamos a mi casa, si a usted no le importa.
No, me parece bien, así me la enseñáis.
Y pone usted orden en el armario de estas dos PERRAS.
No tardamos mucho en entrar en Coria, y en su casa, era un pequeño chalet, muy bonito y coqueto, con piscina y todo.
Sacaron solo su maleta y entramos dentro...
Y pone usted orden en el armario de estas dos PERRAS.
No tardamos mucho en entrar en Coria, y en su casa, era un pequeño chalet, muy bonito y coqueto, con piscina y todo.
Sacaron solo su maleta y entramos dentro...
Así terminó el último capítulo...
No era un chalet muy grande, era de una sola planta y cuatro habitaciones, y estaba decorado con mucho gusto. Lo que más me gustó, fue que el salón tenía toda una pared acristalada que daba a un bonito jardín y a la piscina, no me dio tiempo a ver más, porque mi vista se fue a los tres esculturales cuerpos, que nada más entrar se habían quedado en lencería.
Me acababa de correr, pero mi excitación mental no decayó...
Quiero que las uses, quiero que sepan a quien se deben cuando yo no este.
Sonrió y adelantándose a todos, se dirigió al salón se sentó en el sofá...
Cómeme el coño GUARRA y tú súbete como puedas, quiero saborear ese coño que no me dejaste saborear el otro día.
Me intrigaron esas palabras, pero tenía tiempo de sobra para averiguar sobre eso. Amparo se tiró al suelo y a gatas se acercó a Olga, que ya estaba espatarrada en el sofá y con una mano se había separado unas bragas mojadas y manchadas de mi corrida, no podía ver sus gestos, Triana con una agilidad sorprendente, se puso de pie en el sofá y agarrándose a la cabeza de su tía le puso el coño en la boca, momento que aproveché para sentarme en un sillón que se veía con mucho uso, luego supe que era del cornudo, y muy cómodo, a observar y sobre todo a sentir como se iban incrementado los gemidos de Triana, porque las otras tenían sus bocas ocupadas, me sentí feliz, por ellas, y para no mentir, más por mí, tenía tres mujeres a cual más escultural a mi servicio.
Triana. – ¿Me puedo correr SEÑOR?
A mí no PERRA, a tu AMA, ella si es tu AMA.
Triana. – ¿Puedo correrme AMA?
Esta no pareció oírla, y si la escuchó pasó de ella, no separó en ningún momento la cabeza de entre las piernas de está.
Triana. -Lo sientoooooo, aggggg me corroooo perdonnn.
Fue increíble, fue un squirt tan fuerte, que parecía una fuente, ya que Olga no dejó de chupar, y gran parte de su corrida brotaba con fuerza por ambos lados de su cara, dejando el sofá echo una pena, lo que me llevó a pesar de mi reciente corrida a empalmarme nuevamente.
Agggggg, me corroooo -separándose por primera vez de su sobrina-, que buena eres PUTA, ufffff.
Soltándole las piernas a su sobrina, que como un peso muerto, se dejó caer junto a su tía, que aun convulsionando y de
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mala manera retiró a su cuñada de entre sus piernas, haciéndola caer al suelo del todo, donde se quedó, con la respiración agitada y su boca llena de jugos.
Ufffff, cómele el coño a tu madre PUTILLA, se lo ha ganado.
Triana. – -Aun jadeando-, si AMA.
Solo tuvo que girar un poco a su madre y tirándose al suelo, llevó su cabeza a su coño, y era tal la calentura de esta...
Amparo. – ¿Me puedo correr AMA?
Si PUTA.
Me gustaba el trato que les daba tanto a su cuñada como a su sobrina.
Amparo. -Graciassss, agggggg, me corroooo, graciassss AMA.
A rastras Triana se puso a la altura de su madre juntando sus bocas y besándose con delicadeza, momento que aprovecho Olga y sorprendiéndome, porque eso no lo esperaba, se levantó del sofá y pasando sus piernas por los cuerpos de ambas, se abrió todo lo que dieron de si sus piernas y se meó en las dos, que lo único que hicieron fue pasar de los besos al morreo, siendo interrumpidas al sentir el portero de la puerta.
Amparo. -Ufffffff, será la comida AMO.
Y a que esperas PERRA, ¿a que vaya yo?
Agachó la cabeza y agitada y sucia como estaba, contesto por el portero que salía enseguida. A través de la cristalera del salón, la vi dirigirse a la puerta, iba descalza, se había puesto una especie de camisola de estar en casa.
Ves poniendo la mesa PERRA, no esperaras que lo haga tu SEÑOR o yo ¿no?
Triana. – ¿Puedo lavarme un poco AMA?
Claro GUARRA, pero rápido.
Casi a la vez aparecieron las dos, una de asearse un poco y su madre con la comida.
Ve a lavarte un poco PERRA, mientras esta GUARRA, pone la mesa, yo también voy a asearme un poco.
Mientras las cuñadas salían juntas a asearse, Triana fue a poner la mesa.
Solo para tres, tú estás castigada por correrte sin permiso, así que cuando hayas servido la mesa, te quiero de rodillas a mi lado.
No vi un mal gesto, cosa que me gustó, no habían vuelto aún las cuñadas cuando ella ya estaba de rodillas. Al entrar Amparo se sorprendió un poco, mientras que Olga hizo como si no existiera, no tardo en adaptarse, los tres comimos muy bien, con una conversación sin protocolos, donde Amparo más o menos le hablo a Olga del día y medio en Granada y de cómo le había ido a Triana, contándole también que el tiempo que duraran las practicas se iba a quedar en mi piso, obvió, cosa que me gusto, de que yo una semana al mes iba a estar en Granada. En ningún momento Triana se quejó, ni siquiera cambio de postura, hasta que terminamos de comer...
Amparo. – ¿Le enseño el resto de la casa?
Si, y mientras lo haces que esta PERRA coma -usando mi plato, le puse comida y lo solté en el suelo-, y cuando acabe que recoja y nos esperé en su cuarto.
Tenía hambre, y como si fuese una perra de verdad, empezó a comer... Como si una ruta turística se tratara, los dos la seguimos, aunque
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Olga ya la conocía, primero pasamos por el cuarto de invitados, que era grande y con baño propio, luego por la habitación más pequeña, que la tenían convertida en un despacho o sala de estudio, porque la que lo utilizaba era Triana, de ahí nos llevó a su dormitorio, que era grande, con un baño completo, no muy grande, y daba también al jardín, pero como me dijo y luego comprobé, ellos se quedaron en ese por las vistas, pues el de Triana era más grande, tenía un vestidor pequeño, coqueto y muy ordenado, y solo con ropa de ella...
Amparo. -Ya se ha llevado sus cosas.
Me vas a perdonar, pero da la sensación de que estaba deseando salir de aquí.
A mí me da también esa sensación, pero a casa de mi madre no ha llevado nada, yo estuve ayer por la tarde, será mi hermano, pero es un capullo.
En parte es mejor, las tiritas duelen menos si se arrancan de golpe, ahora olvidaros de ese tema, y vamos a ver tu ropa.
Me acerqué a la ropa colgada en perchas, dándome cuenta de su buen gusto, quitando varios pantalones que tiré al suelo, el resto me gustó, no así cuando abrí las cajoneras, predominaban los tangas, que fueron todos al suelo junto a algunas bragas de abuela y otras de color beige.
Amparo. -Algunos tangas son deportivos AMO, solo los uso para ir a correr o al gimnasio.
Estarás mejor sin nada PERRA.
Solo asintió, seguí con la limpieza y del siguiente cajón, que lo vacié casi entero, tiré todos los pantis y calcetines tipo media, dejando solo cinco o seis pares de medias y los calcetines de deporte, en otro cajón tenía los sujetadores, que salvo dos de color beige me gustaron, debajo de ese, estaba el mejor, pues todos eras conjuntos de lencería preciosos, donde predominaba el rosa y algún que otro liguero, y en el último tenía las mallas y tops deportivos, por lo que no los toque. El siguiente paso fueron los zapatos, de los que le alabé el gusto, quitando los zuecos de trabajo y zapatillas de deporte, todos eran de tacón.
Vamos a la habitación de la PERRA de tu hija.
Amparo. -Jajajaja, se va a hinchar a tirar ropa.
Triana se puso roja, al ver como también su tía decía lo mismo y se reía, ya que estaba en la puerta de su cuarto, era como había dicho su madre, más grande en todo, el baño, el ropero y la habitación, que aún parecía más grande al tener una cama pequeña. El ropero era tan grande que casi no se notaba su ropa, y era cierto, la mayoría de la ropa eran pantalones y faldas largas, que fueron todas al suelo, solo le deje tres faldas y dos vaqueros, las blusas todas sin excepción fueron al suelo, solo le dejé los jerséis y camisetas, y eso no fue lo peor, todo, todo lo que había en los cajones, salvo las mallas deportivas y top, fueron al suelo, ocurriendo casi lo mismo con el calzado, salvo las zapatillas de deporte que
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había muchas, el resto le hizo compañía al resto de su ropa.
Jajajaja, te vas a gastar un pasta en ropa Triana, vas a pasar de monja a PUTA, jajajaja, vaya sobri puritana tengo, jajajaja.
Vamos que la lencería que hay en la maleta y que llevas puesta es nueva ¿no?
Triana. -Si SEÑOR, pero cuando mi tía me dijo que iba a hacer limpieza en mi armario, no quise tirar nada, me compré lo justo, tampoco podía gastar más, sin levantar sospechas...
Esta semana iremos una tarde de compras, y entre tu tía y tu madre lo van a costear por reírse, pero no dejan de tener razón, no se puede tener peor gusto para vestir.
Si ya estaba roja, aún se puso más, agachando la cabeza,
Hasta el martes no trabajo, y en estos días me tendréis que llevar para ver la zona y como llegar.
Amparo. – ¿Por dónde queda su empresa?
En lo que era la Expo.
Triana. -Le va a hacer falta un coche, o puede coger mi moto, yo casi no la cojo y además durante cuatro meses solo voy a estar los fines de semana.
Amparo. -Me acabo de dar cuenta de que me voy a quedar sola -se le noto contrariada-
No tienes por qué quedarte sola, te puedes venir con nosotros, o nosotros venirnos aquí, depende de Olga, porque ella tiene alli la consulta.
Se me ha ocurrido una idea, y no sé si será factible, porque en parte depende de mi hermano, mi casa está más preparada como consulta que como casa, y si a usted le parece bien AMO, nos podemos trasladar aquí y en mi casa puede poner la clínica Triana, sería bueno para las dos.
Amparo. – -Casi saltando de alegría-, me parece buena idea, ¿pero por qué va a depender de tu hermano?, lo que nos ha pasado ha sido liberador para los dos, y la casa acordamos que me la quedaba yo, que me hacía cargo de la hipoteca, que aún queda, y el dinero que hay en la cuenta lo hemos divido en tres partes, una parte es para ayudar a Triana con la clínica, y su parte ya la hemos transferido a su cuenta nueva, yo me he quedado con la cuenta, por la hipoteca, por lo menos hasta que firmemos los papeles y me quede sola, pero lo llevo muy avanzado y hablado con el banco.
Veo que habéis aprovechado muy bien estos días.
Triana. -Si, por ahora todo son facilidades, espero por el bien de mis padres que siga así.
A mí me da igual vivir aquí, aunque reconozco que hay más sitio, pero esa decisión es cosa de vosotras tres, antes de que digáis nada, atenderme bien, en todo momento estaréis a mi servicio, habrá cambios, vuestra AMA y yo nos quedaremos con tu habitación y tú te trasladaras a la de tu hija, donde compartiréis habitación, habría que comprar una cama más grande, todas las faenas de la casa, a no ser que diga lo contrario, serán solo cosa de vosotras dos, por lo que cuando Triana no este, solo estarás tú para todo, ahora podéis hablar.
Cama no tendríamos que
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comprar AMO, podemos traernos la de mi casa.
Jajajaja, no me refiera a eso.
Me gusto que las tres a la vez soltaran una carcajada.
Triana. -Yo soy la menos indicada SEÑOR, primero porque estoy a prueba, y porque esta casa es de mi madre, pero para mí sería un sueño.
Amparo. -Le dije que soy suya, que por usted hasta dejaría mi trabajo si me lo pidiera, así que ya sabe mi respuesta.
Jajajaja, yo ya le he respondido con la cama, jajajaja.
Está bien, coge las llaves del coche de tu madre y trae mis maletas, mientras ella empieza a sacar sus cosas de mi dormitorio, y coloca las mías y cuando las traigas, nos preparas un café a mí y a tu AMA lo que ella desee, vuestra AMA y yo vamos a descansar un rato -me iba a venir bien, para bajar un poco mi excitación, aunque era difícil con estas tres-.
Triana. – ¿Un té AMA?
Si PERRA.
Me gustaba y mucho ver sus caras de felicidad, de deseo de servirme, mientras madre e hija hacían lo que les ordené, Olga y yo nos sentamos, aunque me senté en el sillón, el sofá estaba empapado de la corrida de Triana. Cuando Triana nos sirvió el café, pidiéndome permiso se sentó en el suelo junto a mí, tomándose ella una infusión al igual que su tía, mientras sentíamos a Amparo mover sus cosas de un dormitorio al otro, cuando sonó el teléfono de Olga.
Es mi madre AMO.
No tienes que darme explicaciones a cada paso que des Nena, contéstale.
Se levantó del sofá y hablando con su madre salió del salón.
Triana. – ¿Puedo hablar SEÑOR? -asentí-, ahora que no me escucha mi tía, mi abuela es una hija de puta, mi madre nunca le ha caído bien, y siempre le ha puesto las cosas muy difíciles, creo que la única que se ha alegrado de la separación ha sido ella.
Me alegra que me lo hayas contado, así sabré a qué atenerme y cómo actuar con ella.
Triana. -Sé que ella no ha tenido nada que ver con la separación, porque en eso sí que le puedo asegurar que mi padre siempre se lo ha recriminado.
Los motivos de tu madre ya los sabemos, y los de tu padre, puede que llegué el día o no, que lo sepáis o sepamos, pero que lo deseaba sí que estoy seguro, solo que no se atrevía a dar el paso, quizás porque aún quiere a tu madre y eso es muy respetable.
En ese momento volvió a entrar Olga y no traía buena cara, lo que me hizo saber, sin que me dijese nada, que lo dicho por Triana era cierto.
Ya te ha dado el día tu madre ¿no?
Un poco, PERRA vete a ayudar a tu madre y no se os ocurra aparecer hasta que MI AMO o yo os llamemos.
Triana. – -Sonriéndome sin que su tía se percatara-, si AMA, ahora mismo.
Espero no haberme sobrepasado AMO, pero mi sobrina no tiene que enterarse de ciertas cosas.
– ¿De qué cosas Olga?, ¿de qué tu madre acaba de poner a parir a su madre?, -su cara pasó de enfado a asombro, ¿de qué le echa la culpa de todo?, ¿y
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que nunca ha tenido una palabra buena hacía ella?
– ¿Cómo sabes eso?, ¿te lo ha contado Amparo?
No, Amparo te respeta mucho, más de lo que piensas, me lo ha dicho Triana, tiene 25 años y de tonta tiene poco.
Eso no es todo, viene ahora para acá, no te voy a decir lo que me ha dicho de mi hermano y de ella, pero eso de que la casa se la quede ella, como que no le ha gustado, y viene con ganas de pelea...
– ¿Sabe que estas aquí?
Si, por eso me ha llamado, me ha pedido que me lleve a Triana.
Triana, Amparo, venid.
Las dos aparecieron al instante, se fueron a poner de rodillas...
No, tu suegra y abuela, viene para acá, y por lo que me ha contado Olga, viene en plan guerrero, así que cuando llame vosotras dos os vais a meter en mi dormitorio, y Amparo se quedara aquí, así que ponte la camisola de antes.
Amparo. -No creo que llame, tiene llave...
Es lo de menos, desde aquí se ve la puerta.
No conoces a mi madre AMO, cuando explota no mira quien esta delante.
Me da igual, otra cosa que podemos hacer es que cojo la puerta y me voy, pero no voy a consentir, nunca lo he hecho, que a mis sumisas nadie las denigre, así que decide...
Por favor AMO, perdóneme, no era esa mi intención, sabe que usted está por encima de todo y todos.
Triana. -Está entrando SEÑOR.
Iros dentro, y oigáis lo que oigáis no se os ocurra salir hasta que yo os llame.
Las dos a la vez asintieron y salieron mientras que Amparo se ponía la camisola, coincidiendo con el sonido de la puerta de la casa al abrirse.
Nani. -Hola Ampa...
Al verme sentado en el sillón de su hijo se quedó parada y sin saber que decir.
Amparo. -Hola Nani -así supe su nombre-.
Me quedé impresionado, como luego supe tenía 66 años, que a su hijo lo tuvo con 15 años, con un hombre que le llevaba 20 años, cosas de antes, se le notaba que se cuidaba en exceso, casi no se le notaban arrugas, morena, muy morena, con los ojos negros, casi igual de alta que yo, pelo largo y negro recogido en una cola, ni gorda ni delgada, pechos medianos, y un buen culo, todo esto lo pude ver cuando se quitó el abrigo quedándose con un vestido de lana negro de cuello vuelto, que le llegaba a las rodillas, unos leggins negros, pensé que calcetines negros y zapatos negros de tacón más bien bajo y grueso, maquillada con suavidad, sabía cómo hacerlo, resaltaban aún más sus ojos grandes y negros.
Hola Nani, soy Raúl, la pareja de Olga, ella se ha ido de compras con Triana.
Nani. – -Casi con desprecio-, muy bien, pero me gustaría hablar a solas con mi nuera.
Triana. – -Sorprendiéndome y mucho- lo que tengas que decirme lo puedes decir delante de Raúl, está al tanto de todo.
Eso fue abrirle las puertas del chiquero al toro...
Nani. – ¡¡¡No sé lo que sabe ni me importa, y ni se te pase por la cabeza que te vas a quedar con la
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casa solo con seguir pagando la hipoteca, y menos que el dinero lo repartáis a partes iguales, porque si mis hijos son tontos, yo no, así que...!!!
– ¡¡¡Espera!!! -alzando la voz mucho, levantándome y acercándome a ella, lo que la descolocó e hizo que se callara-, como quieras tratar a tu hijo es cosa tuya, pero ya te estas disculpándote ante mí por como acabas de llamar a Olga.
Nani. -Yo no tengo que disculparme ante nadie y menos ante ti que no te...
No terminó, sin que se lo esperasen, le solté un bofetón y la cogí de la cola, vi la cara de terror de Amparo y de estupor en Nani.
Quien coño te crees que eres PUTA, para venir a esta casa a faltarle al respeto -sin soltarle la cola y hablándole con un tono bajo pero firme- a tu nuera, a tu hija y lo que es peor a mí, ahora te voy a soltar, vas a coger el abrigo y te vas por donde has venido, o el bofetón no va a ser nada para lo que te voy a dar.
La solté y dejé que se recompusiera...
Nani. -Que te crees tú eso, de aquí no me voy hasta que venga mi hija, te vas a enterar, te voy a denunciar hijo...
Sinceramente, es la respuesta que esperaba, la volví a coger del pelo y la arrastré hasta una silla, me senté...
– ¿Te crees que bromeaba? Ahora te vas a enterar quien manda aquí...
Observé como miraba a su nuera, pidiendo ayuda, y ahí fue cuando se dio cuenta de que lo iba a pasar mal, Amparo tenía una sonrisa de oreja a oreja. De mala manera y con fuerza, la apoyé sobre mis rodillas y sin cortarme, le subí el vestido y no sin trabajo, la tuve que levantar un poco, le bajé los leggins, llevándome la sorpresa de que no llevaba nada, ni bragas ni tanga...
Cuando estés dispuesta a disculparte levanta la mano...
Con fuerza, con ganas y rabia empecé a azotar un culo duro para su edad, supongo que de horas de gimnasio, cuando pensaba que la vieja era dura y no iba a levantar la mano, sentí como se le escapó un gemido y como se mojaban mis pantalones, levanté mi mirada a Amparo, que también se había dado cuenta de cómo su suegra se acababa de correr. Le di un leve empujón que la hizo caer al suelo, donde se quedó acurrucada y avergonzada. No le quería dar tiempo a pensar.
¡¡¡En pie!!! -cogiéndola de la cola, y poniéndome de pie, la ayudé-, ¿Qué ha sido eso?
Todo ella era un poema, sus ojos llenos de churretes, los leggins en los tobillos, aunque al levantarse se le bajó el vestido.
Nani. -Lo siento SEÑOR -bajando la cabeza-, hacía años que...
Se dio cuenta de su error y dejo de hablar.
– ¿Desde que murió tu marido? -fue un tiró al aire-, te tenía a raya, jajajaja.
Nani. – -Sin levantar la cabeza-, así es SEÑOR, yo antes de su mujer era su esclava, el me compró con 14 años a mis padres.
Me descolocó esa confesión, pero reaccione y no queriendo que reaccionara...
Ya me contaras tu
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historia PUTA, ahora desnúdate...
Sin levantar la cabeza, no sé si por obediencia o por no cruzar su mirada con su nuera, se sacó el vestido, dejando un bonito sujetador blanco, que al sacárselo, dejo aparecer unos pechos operadísimos, se mantenían a la perfección, con unos pezones duros, tiesos, se sacó los zapatos y se quitó los leggins arrastrando a la vez los calcetines de media que llevaba. Me desabroché los pantalones y me los bajé junto al bóxer...
Chupa, ahora se a quien le ha salido tu hija, jajajaja.
Después de mucho rato con la mirada al suelo, al oírme la levantó, demostrando sorpresa, pero eso no evito que arrodillándose y sin usar las manos, que llevó a su espalda, se metiera mi polla ya dura en su boca, demostrándome que tenía experiencia, mucha. La dejé hacer, sin tocarla, dándome cuenta como en la puerta del salón estaban Olga, con cara de circunstancias y Triana con una sonrisa de triunfo.
De rodillas junto a tu suegra PERRA.
Con una sonrisa de victoria, se sacó la camisola y andando a cuatro patas se puso a compartir mi polla con su suegra, que ni se sorprendió ni inmuto, estaba muy bien educada, cuando vi que me iba a correr...
Ni se te ocurra tragártela, la quiero en tu boca, VIEJA.
Soltando un bufido de placer, me corrí en su boca, viendo como hacía malabares para no tragársela, no pudiendo evitar que algo se le derramara.
Compártela con tu nuera VIEJA.
Se giró hasta esta y separando sus manos de la espalda las llevó a la cara y con ganas mezclo mi corrida y sus babas con ella... no pudiendo evitar volver a correrse, su cuerpo tembló y se le escapó un gran gemido amortiguado por su boca que estaba en la de su nuera. Me senté, observando como ella recuperaba su posición de rodillas, con los talones pegando a su culo y las manos atrás, siendo imitada por Amparo.
Olga y Triana, hicieron intención de entrar, pero con la cabeza les dije que no, así que las dos volvieron a quitarse de la vista de Nani, mientras está seguía con la mirada al suelo.
Tienes dos opciones, la primera, que es la que te aconsejo, es que te levantes, te vistas y salgas por esa puerta y aquí no habrá pasado nada, eso sí, desde ya, a todos nos trataras con respeto, empezando por Amparo, y la segunda pasas a ser mi esclava, y por supuesto de quien yo diga, sin preguntas, y a la primera negativa o al primer no, perderás todo tipo de relación con todos, incluida tu hija, que te aseguro que lo hará.
Nani. – ¿Puedo hablar SEÑOR? -asentí-, he sido esclava toda mi vida, serví a mi AMO, que como marido solo actuaba delante de mis hijos, hasta que murió, aunque los últimos cinco años que estuvo enfermo y los cinco que llevo viuda, hasta hoy no he vuelto a correrme, ni masturbándome había podido llegar, así que seré lo que usted desee, estoy
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bien educada, mi AMO me enseñó, me guio...
Tu AMO ahora soy yo, sin perderle el respeto, a partir de ahora solo existo yo.
Nani. -Si AMO.
Llama a mis otras dos sumisas.
No hizo falta que lo hiciera, ambas entraron por la puerta a cuatro patas, notando que no tanto por su hija, porque ya lo imaginaba, y si por su nieta, se sorprendió.
– ¿Sorprendida?, habla con sinceridad.
Nani. -Por mi hija no, por cómo me habló usted, lo deduje, pero por mi nieta si un poco, sabía que estaba enamorada de mi hija -a las tres se le escapo un oh-, pero pensé que era lesbiana, no sumisa.
Jajajaja, acabas de descubrirle a tu hija el secreto de tu nieta.
Está situación y ver a las cuatro, hicieron que volviera a empalmarme.
Ya que todos estamos de acuerdo, quiero que las tres seáis testigos de cómo desvirgo el culo a la única que queda.
A Triana, que tenía una cara de perra salida, se le ilumino la cara...
Triana. -Gracias SEÑOR, he soñado con este momento.
Nani. – ¿Puedo hablar AMO? -asentí-, yo he sido usada por mi marido -me gustó que ya no usara la palabra amo- y por a quien él me quiso entregar, me usaba para sus negocios -no lo dijo con resignación al revés lo dijo con orgullo-, pero jamás nadie, ni siquiera él me usaron analmente.
No lo esperaba, y está bien que me lo hayas dicho. Prepararla PERRAS.
Sin decirles nada, sabían lo que tenían que hacer, Olga que aún estaba de rodillas, se puso de pie y cogiendo a su sobrina del pelo, la llevó al sofá, le hizo poner las manos en el asiento, sacar el culo, arrodillándose ante ella, llevó su lengua al su culo, su madre se metía debajo a comerle el coño, mientras que la que demostró más experiencia fue Nina, a cuatro patas se dirigió al sofá y tumbándose, no sin trabajo, apoyo las manos de su nieta en su cuerpo, mientras llevó su boca a unos pechos duros y unos pezones tiesos. A los dos minutos solo se sentían los gemidos de Triana, notando sus esfuerzos por no correrse. Me puse detrás de ella...
Cómele el coño a tu madre Nena, se lo ha ganado.
Ni un mal gesto, dejó de comerle y ensalivarle el culo a su sobrina y a cuatro patas, fue al final de sofá e incorporándose hundió su boca en el coño de su madre, solo que al hacerlo se corrió, soltó un gemido y vi como ponía el suelo chorreando. Nina al ver cómo me situé detrás de su nieta, llevó sus manos a las de ella, agarrándoselas con fuerza.
Nina. -Muerde mis pechos cariño.
En otro momento me hubiese enfadado, pero me gusto y mucho su actitud. Amparo seguía comiéndole el coño, mientras sus manos se repartían entre sus propias tetas y coño.
A partir de ahora eres una más PERRA -sin terminar la penetré de golpe, entré en ella, en un muy estrecho pero con suerte muy lubricado culo-, aggggg, como me gusta sentirlo apretando mi polla.
Triana. – -Cuando
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pudo coger aire pues al sentir mi polla, mordió con tanta fuerza uno de los pechos de su abuela- graciassss, si algo deseaba más que esto es poder llamarlo AMO, graciassss, ¿puedo correrme AMO?
Espera, sabrás cuando hacerlo, y cuando lo hagas, lo podrán hacer las demás, ufffff.
Es el culo que más disfrute, una vez habituado a mi polla, durante un rato entre y salí de ella con fuerza, al ver los esfuerzos que hacía por no correrse aumentaban mi excitación.
Me corrooooooo agggggg PERRA.
Fue sentir mi corrida y notar como tenía un squirt, y se meaba de placer, poniendo a su madre perdida, mientras también tenía una excepcional corrida.
Dejé que se me bajara el empalme de polla, a pesar de mi corrida, era tal la excitación que aun tardó un poco, lo que me dio tiempo es ver como Nani se había corrido en la boca de su hija, pero era tan buena su educación que no se notaron sus gemidos. Me salí de su culo, llevando mi polla a la boca de una desmadejada Amparo, que se la metió dejándola limpia, mientras que las otras tres, sin moverse de su posición, recuperaban la respiración, di dos pasos atrás.
Vosotras dos de rodillas frente a mi sillón, Nena ven a mi lado y tú limpia el suelo, que tu nieta lo ha dejado perdido.
Tirándose del sofá al suelo, con su lengua limpio el suelo, bajo la atenta mirada de Olga y mía, cuando consideró que estaba limpio se puso de rodillas, momento que iba a provechar para mearme en ella, pero se me adelanto Olga, que cogió mi polla, apuntándola a la cara de su madre...
Me encanta hacerlo AMO.
Sonreí y me meé en su madre, que sin quitar las manos de su espalda, hasta abrió la boca, dejando en todo momento sus ojos abiertos, cuando terminé...
– ¿Puedo AMO?
Asentí con la cabeza, y cogiendo a su madre del pelo, pegó su coño a la cara de esta, y también se meó.
Me senté en el sillón, y Olga fua a ponerse junto a su cuñada y su sobrina.
No, tú eres tan dueña suya como yo, y también eres mi mujer, a no ser que te diga lo contrario, estarás a mi lado, pero no olvides que en cualquier momento puedo hacer que pierdas tus privilegios.
Gracias, gracias AMO.
Nani se puso a la altura de su nieta y nuera, posiblemente de las cuatro en ese momento era la más feliz, llevaba diez años de retiro y eso en una esclava, ella era esclava, es mucho tiempo.
Supongo que no llevar bragas es porque lo tenías prohibido ¿no?
Nani. -Cierto AMO, en parte es una forma de recordar a mi marido, solo me permitía usarlas cuando tenía la regla, lo mismo que tener su coño -me gustó-, limpio de pelos.
Luego iremos hablando más, ahora iros las tres a ducharos y vestiros, vamos a cenar fuera, invita la nueva.
Amparo y Triana se levantaron, pero Nani no, se limitó a seguirlas.
Vamos a ducharnos Nena.
Ver su cara de felicidad, me hacía feliz a
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mí.
A los tres cuartos de hora más o menos, salimos Olga y yo al salón, encontrando a tres bellezas allí, a pesar de la edad, la más guapa y radiante era Nina, que no se había puesto los leggins, llevaba unas medias negras de Amparo.
Ufffff, vaya bellezones.
Amparo. -No sé si he hecho bien AMO, pero a Nina...
Ella no es nada, llámala como quieras, menos por su nombre, mientras no diga lo contrario ella solo esta para servirnos al resto.
Amparo. – -Con una sonrisa perversa y de victoria-, a la VIEJA le he dejado un conjunto de braga y sujetador míos, tenemos casi la misma talla, bueno las bragas casi que se las ha metido con calzador, jajajaja, pero le he dicho que es como usted nos quiere.
Has hecho bien, vámonos que es tarde y aún nos quedan cosas por hacer.
AMO, tendríamos que pasar por mi casa y coger ropa para mañana, mi coche como esta en el hospital no hace falta, mañana me voy con Amparo.
No, porque mientras vosotras trabajáis, nos hará falta un coche, para Triana y para mí.
Nina. -Puede coger mi coche, está en la puerta -dando por hecho que se iba a quedar-, yo me puedo bajar con ellas, mi oficina pilla de camino al hospital.
Al oírla, cambie de planes.
Cambio de planes, vosotras dos coged la ropa que os vaya a hacer falta mañana, vamos a quedarnos en casa de esta PERRA.
Ninguna dijo nada, se apresuraron a entrar y coger lo que les iba a hacer falta, mientras en la cara de Nina se veía satisfacción.
Nina. -Podemos cenar junto a mi casa, hay un buen restaurante y me conocen muy bien.
Mejor, que es tarde, vosotras tres iros juntas, yo me voy con la VIEJA.
Al salir, vi que la vieja no tenía un coche malo, era un Tuareg. Sin pedírselas me entregó las llaves.
Nina. -Es su coche AMO.
Estando seguro de que ella con su marido tenía alguna forma de ir en el coche...
Ya has vuelto a tu ser, así que quiero que actúes como lo hacías, si algo no me gusta te corregiré.
Nina. -Gracias Amo.
Abrió mi puerta y esperó a que me subiera, dando ella la vuelta y antes de sentarse se subió el vestido, descalzándose, llevando sus manos al borde del asiento y agarrándose, abriendo a la vez sus piernas todo lo que daban de si, dejando a mi vista unas bragas, ya húmedas, negras.
Estas excitada PERRA.
Nina. -Es mi condición AMO.
Háblame de ti, mientras llegamos...
Abrió mi puerta y esperó a que me subiera, dando ella la vuelta y antes de sentarse se subió el vestido, descalzándose, llevando sus manos al borde del asiento y agarrándose, abriendo a la vez sus piernas todo lo que daban de si, dejando a mi vista unas bragas, ya húmedas, negras.
Estas excitada PERRA.
Nina. -Es mi condición AMO.
Háblame de ti, mientras llegamos...
Así terminó el último capítulo...
Nina. -Le mentiría si le dijese que no fui feliz, desde el primer día me dejó claro lo
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que quería y esperaba de mí, al principio me costó, tenía 14 años cuando mis padres para salir de la pobreza me vendieron, era la mayor de cinco hermanos y hermanas más.
– ¿Y tus hijos nunca se han dado cuenta?, porque por él no puedo hablar, pero estoy seguro de que si Olga lo hubiese mínimamente sospechado me lo hubiese referido.
Nina. -Cuando lleguemos a su casa, -me sorprendía, pero la entendía-, le enseñaré mi verdadera habitación, llevo sin pisarla desde que enfermo mi marido, así que espero que sepa usted perdonar su suciedad, y contestando a lo de mis hijos, era casi imposible, además de que los dos siempre estuvieron en un internado en Londres y luego sus carreras universitarias las hicieron fuera de Sevilla, y mi habitación es un añadido del piso de al lado, que mi marido compró, le quitó una habitación y luego alquilo el resto del piso.
Además de usarte, y no lo digo por ofender, he visto que lo has dicho con orgullo, y yo se reconocer muy bien eso en la mirada de una esclava, le ayudaste en los negocios.
Nina. -Si, y jamás, a excepción de unos pocos, nadie supo quién era yo, siempre me usaba con máscara, también me dio una carrera que me vino muy bien, porque cuando empezó a ponerse enfermo, hizo que me pegara a él para conocer el funcionamiento de la empresa.
Algo de eso me conto tu hija, y que tu hijo trabaja contigo, para hacerse cargo cuando te jubiles.
Nina. -Ya estamos llegando AMO, si quiere cenando sigo...
No, ya te diré cuando PERRA.
Nina. -Como usted diga AMO.
Entramos en un garaje comunitario, con el mismo mando, abrió una persiana, indicándome que aparcara ahí. Me quedé alucinado, al atravesar esa persiana, el espacio era enorme, viendo dos turismos debidamente tapados.
Rápidamente se bajó, sin calzarse y me abrió la puerta, cerrándola cuando me bajé, sin moverse se sacó el vestido y fue a quitarse el sujetador...
No, a mí me gustan mis PERRAS en lencería, vístete, no vamos a pasar por tu casa, primero vamos a cenar, se tuvo que girar para coger su vestido del suelo, un suelo por otro lado impoluto, como buena esclava, no dobló las rodillas.
Quieta...
Se quedó en esa posición, y sacándome la polla, bastante dura, la cogí del pelo y apoyé su cabeza en el lateral del Tuareg e indicándole que dejara las manos en la espalda, vi que era cierto lo que dijo Amparo de las bragas, las tenía metidas en la raja del culo, por lo que con fuerza las rasgué y apoyándome en ella, se la metí en un coño mojado, chorreante.
Uffff, que coño, viejo pero estrecho VIEJA DE MIERDA, como se nota que lleva años sin uso, ni se te ocurra correrte o te saco así a la calle.
Mientras entraba y salía de ese coño casi virgen con fuerza, ella solo soltaba leves gemidos, hasta que noté que me iba a correr y saliéndome de su coño, lo
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hice en su espalda, no fue mucho, la verdad es que no se ni como después del día que había tenido, me podía empalmar.
Vístete.
Se incorporó y con una sonrisa me dio las gracias, sin hacer por limpiarse se puso el vestido, solo se recolocó las medias.
Nina. – ¿Me sigue AMO?
Cogimos un ascensor al que solo se podía acceder con llave, cuando se dio cuenta de mi extrañeza, en este solo se veía un número
Nina. -Solo hay dos plantas AMO, lo que pasa es que los pisos son de tres niveles, y cada piso tiene su propio ascensor, en realidad solo somos cuatro vecinos.
Sonreí, agradecí cuando me dio el fresquito de la calle, era cierto que estaba junto a su piso, solo teníamos que cruzar la calle. Entramos directamente y en la barra ya estaban las tres esperándonos.
Ya nos están preparando la mesa, al decirles que venía mi madre, nos han preparado un reservado.
El metre al ver a Nina, casi se rompe en reverencias.
Triana. – -Al ver mi cara-, jajajaja, mi abuela ahora viene menos, pero cuando vivía mi abuelo, era raro el día que no comían o cenaban aquí, de echo al reservado le llaman el reservado Ricardo por mí abuelo.
Nina. -Es cierto AMO, -bajando la voz-, aquí se han cerrado muchos negocios.
Nos sentamos y Nani, ya que era tarde, pidió por todos una cena ligera y de beber solo dijo que el vino de siempre, preguntando si alguien quería otra cosa, y hasta Triana se animó...
Triana. -Si me lo permites Raúl, -Nani la miro extrañada-, voy a celebrar su aceptación.
Jajajaja, me parece bien, y Nani no te extrañes, en las comidas, a no ser que diga lo contrario, no hay tratamiento.
Triana. -Como hoy, jajajaja.
Menos Nina que no sabía a qué se refería nos reímos a carcajadas, a la vez entendí lo de que allí se habían cerrado muchos negocios, el camarero para entrar llamó a un timbre y hasta que Nina no pulso un botón oculto bajo la mesa, la puerta no se abrió.
Nina. -No cerréis la puerta hasta que este todo servido.
Acertó, al ser una cena rápida y fría en cinco minutos estaba todo en la mesa.
Conforme salieron Nina se levantó, se descalzó y se sacó el vestido...
Nina. – -Al ver la cara de extrañeza de las demás-, mi AMO me ha ordenado que actúe como lo hacía con mi marido, aquí hemos cerrado más de un negocio, y siempre con los pocos que conocían mi verdadero ser o estábamos solos.
A que esperáis vosotras.
Rápidamente con una sonrisa en la boca las tres imitaron a Nina.
Solo una cosa Nina, ahora me parece bien que te descalces, esos zapatos serán cómodos pero son horribles, cuando lleguemos a tu casa los tiras.
Nina. -Su casa AMO.
No tardamos nada en cenar, se vistieron, y salimos, no tomamos café ni postre, Nina nos dijo de tomarlo en su casa, al salir solo dijo que lo cargaran en su cuenta, fuera del local, lo primero que hizo Nina, fue
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quitarse los zapatos y en la papelera que había al lado los tiró.
Nina. -Hecho AMO.
Sonreí y cogiéndola de un brazo a ella y del otro a Olga, entramos en el ascensor, que era amplio y cogíamos los cinco.
Triana. – ¿Estará ya dormida Daniela?
– ¿Quién es Daniela?
Es la asistenta, mi padre la acogió con 16 o 17 años, ahora tendrá treinta y tantos, aunque es más de la familia que asistenta AMO.
Miré a Nina fijamente, conociendo como era su marido di por sentado que no era solo una asistenta, viendo como agachó la mirada.
Nina. -Se lo iba a contar AMO, pero me dijo que más tarde.
Llevas razón -reconociéndole que no actuó mal-, supongo que es algo más que asistenta y de la familia ¿no?
Nina. -Cierto AMO, es peruana, y mi marido se hizo cargo de ella en uno de nuestros viajes a Berlín, y por petición de ella, llevaba ya unos meses con sus amos y no se adaptaba, y como nos unía una fuerte amistad con ellos, mi marido la tomó a su servicio, al principio...
En otro momento...
Toda esta conversación dio lugar mientras subíamos y entrabamos en el piso y por eso corte la charla, al abrir la puerta nos encontramos con una mujer muy, pero muy guapa, a la vez que menuda, no llegaría al uno cincuenta, con los rasgos indios típicos de las zonas más rurales del Perú. Llevaba el típico uniforme de doncella, vestido sencillo negro, con un pequeño delantal, medias o pantis negros, y unos zapatos planos horribles negros. Nada más cerrar la puerta, Nina se sacó el vestido, haciéndome sonreír al ver la cara de sorpresa de las tres al ver como tenía la espalda llena de mi semen ya seco, pero que se le notaba, y más se sorprendieron al ver como Daniela al ver a su señora desnudarse hizo lo mismo, se descalzó y se quitó el vestido, quedándose solo con los pantis negros, sujetador no le hacía falta, sus pechos eran pequeños y muy firmes, llamándome mucho la atención sus afilados, finos y largos pezones, que supongo que al ver a su señora desnudarse, se pusieron así.
Llévanos al dormitorio de tu señora -no me cabía duda de que iba a saber a cuál me refería-, quiero verlo.
Está miro a Nina con cara de extrañeza.
Nina. -A que esperas, desde ya, él es el DUEÑO y SEÑOR de todo.
Daniela. -Perdón AMO, ¿quiere subir en el ascensor?
Triana. -Mi abuelo cuando se puso malo, instalo un ascensor AMO.
Esperad aquí PERRAS.
Amparo. – ¿Quiere que le preparemos un café o una copa AMO?
No, es tarde, si vosotras queréis tomar algo, adelante, ahora vuelvo.
Seguí a Daniela, que ufffff, era una muñeca, literalmente, y a Nina, que se la veía rejuvenecida, hasta el ascensor.
En la tercera planta solo estaba la habitación de Nina, en la cual entramos, contemplando como Daniela se acercaba a la cómoda, cogía una llave y con esta en la mano se acercó a unas estanterías
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encastradas en la pared o eso es lo que se veía, apartando una foto y levantando una pestaña, metió la llave y empujando la estantería accedimos a otra habitación, igual de grande que la anterior, pero para nada decorada igual, al encender la luz todo estaba decorado con tapices rojos y cuero negro, además de todo lo necesario para una mazmorra, potro, cepo, cruz, cadenas que caían del techo, un columpio, una cama tipo king size, con sábanas de seda negra, y en unos estantes acristalados, látigos, velas, cadenas, flogger, fustas, pulseras, mascaras, etc., pero lo que nos sorprendió a Nina y a mí, es que estaba reluciente, para nada estaba como me había dicho...
Daniela. -Lo siento señora, sé que no debía, pero no podía evitar hacerlo, perdón -con la cabeza baja y casi llorando-.
No pasa nada, y que sea la última vez que en mi presencia la llamas señora o te diriges a ella antes que a mí.
Dándose cuenta de su error, se puso de rodillas con la mirada baja y los brazos en cruz.
Daniela. -Perdón AMO, lo siento, esta humilde esclava ha olvidado lo dicho por su otra esclava -esas palabras me hizo saber que ante su marido, Nina tenía el mismo estatus que Daniela-, no volverá a suceder.
Estaba cansado, pero caí en lo que me dijo esa tarde Nina.
Supongo que tu culo como el de esta esclava es virgen ¿no?
Daniela. -Si AMO, y si le sirve, este cuerpo jamás ha sido usado, ni por mí, desde que nuestro antiguo AMO dejo de hacerlo.
Está bien, mañana tomaré alguna decisión respecto a esta habitación, por ahora se queda abierta, y por tu falta de respeto de antes, esta noche vas a dormir aquí. Mientras me ocupo de esta PERRA ve abajo a por las demás, el ascensor por ahora esta vetado a todas menos a mi MUJER y a mí.
Vi cara de orgullo en Nina, más por el estatus que le daba a su hija, que por lo demás, asintió con la cabeza y salió a buscarlas.
Quítate esos pantis PERRA, nunca más usaras pantis, solo medias.
Daniela. – -Quitándose los pantis-, solo tengo pantis AMO, mi antiguo amo no nos dejaba usarlas.
Debajo de las cadenas PERRA.
Mientras se colocaba debajo, cogí de los estantes, dos pulseras, que al ver su tamaño, supe que estaban hechas especialmente para ella, se las puse en sus diminutas muñecas y la colgué, no tense mucho las cadenas, lo justo para mantenerse en pie. Estaba terminando de ajustar las cadenas cuando sentí un oh a mi espalda de las tres, lo que me hizo volver la cabeza y sonreír al ver sus caras de asombro.
Jajajaja, ¿nunca habíais visto una mazmorra?
– ¿Cómo puede ser que toda mi vida en esta casa y no darme cuenta?
Ya habrá tiempo a hablar de ello, ahora es tarde, como vosotras dos mañana tenéis que madrugar os quiero ya acostadas, supongo que aún existe tu antigua habitación, así que iros y procurar no hacer mucho
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ruido, ya os llamaré o escribiré mañana, -me acerqué a Olga y con cariño la besé-, te quiero Nena.
Se le iluminó la cara, sonrió y mirando con orgullo a las demás...
Ya has oído PERRA, vamos a mi antigua habitación.
Cuando nos quedamos solos Nina, Triana, la colgada Daniela y yo...
Me ha dicho esta esclava que tu marido no os dejaba usar medias, solo pantis.
Nina. -Cierto AMO, hoy ha sido la primera vez que he usado, eso sí, tengo pantis abiertos, nunca me explicó, ni yo le pregunté el porqué, pero no le gustaban.
Mañana le daremos solución -vi cómo se le iba la mirada a Daniela con deseo-, no te preocupes, tú también lo vas a usar, dentro de cuatro horas, la soltaras y ella te atara a ti ¿entendido PERRAS? -me gustaba ver la cara de alucinada, y muy excitada de Triana-, y cuando la ates, te vas a tu habitación y a las nueve si no nos hemos levantado nos despiertas, y ten el café preparado.
Daniela. -Así lo hare AMO.
Nina. – ¿Puedo hablar AMO? -asentí-, mañana tengo una reunión importante en el despacho de mis abogados a las nueve, pero si quiere la cancelo.
No, si es importante te vas, te soltaré a las ocho, y en cuanto acabes me llamas para recibir instrucciones, además tenemos que hablar sobre el cornudo -lo dije con todo la intención- de tu hijo, y procurar no despertarnos -lo más seguro es que como siempre ya estuviera despierto-, nosotros no tenemos prisa.
A la cama PERRA, quiero ver como tu abuela te come el coño.
De un salto se subió a la cama, se abrió de piernas, se apartó las bragas...
Triana. -Ya has oído PERRA VIEJA.
Como buena esclava, se puso de rodillas y el tramo que había desde donde estaba hasta la cama lo hizo a cuatro patas, subiéndose por los pies de la cama, hasta llegar al coño de su nieta..., estaba excitado, pero era imposible que después de un día como el que llevaba, me empalmara, me quedé con las ganas de follarme ese culo, porque la PERRA VIEJA, como me reconoció más tarde, deseaba que se lo rompiera, por eso se puso de rodillas, sacando todo lo que pudo el culo, cuando le comía a una vocinglera Triana el coño. Como hay otras formas de placer, me acerqué a la pared y descolgué una fusta de cuero y subiéndome en la cama de rodillas, sin miramiento, empecé a usar la fusta en ese culo ofrecido.
Te puedes correr cuando quieras, pero esta VIEJA no -quería llevarla al límite, eran muchos años de abstinencia y antes de cenar ya se lo prohibí mientras me la follaba-, ya lo harás cuando lo merezcas.
Cuando iba por cuarenta fustazos y ya su culo estaba tirando a morado más que a rojo y Triana se había corrido tres veces e intentaba separar a su abuela de su coño, que como buena esclava, sabía que solo yo le podía ordenar eso, Triana se volvió a correr, de una forma tan intensa que como luego comprobé, se
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meó, tragándose Nina todo lo que pudo, quedándose desmayada.
Déjala PERRA -en parte orgulloso, y en parte desilusionado, no había conseguido que se corriera, la premié-, de pie en posición.
Como si no le molestaran los fustazos, saltó de la cama, colocándose frente a mí, abriendo sus piernas todo lo que pudo y sus manos en la nuca. Al quedarse sola Triana en la cama, comprobé la gran mancha que había en la cama, de las corridas y sobre todo de su meada.
Córrete.
Por primera vez se le escapó un gemido fuerte, que la hizo temblar, se corrió con un squirt, como me reconoció más tarde, jamás se había corrido así, dejando el suelo perdido con su corrida.
¡¡¡PERRA!!! -Triana abrió los ojos, sabía que me dirigía a ella-, ayuda a la VIEJA de tu abuela a limpiar su corrida.
Dando un salto de la cama, se puso junto a su abuela que ya estaba de rodillas a limpiar con sus lenguas la corrida, mientras las veía aproveché para desnudarme. Cuando terminé de desnudarme, las dos estaban de rodillas con las manos atrás, Triana se limitaba a copiar a su experimentada abuela, y la mirada baja.
Me puse frente a las dos...
Miradme y abrid la boca PERRAS.
Las dos con una sonrisa lo hicieron, recibiendo en ese momento mi meada, que para nada fue corta.
A la cama las dos, a dormir, yo me voy a la otra cama.
Las dos a la vez me dieron las buenas noches y de un salto se metieron en una cama sucia de más, salí de allí y me metí en una cama cómoda aunque para mi gusto anticuada, ya que tenía dosel, quedándome dormido a los dos minutos. Un poco antes de las ocho, vi pasar a Daniela, totalmente desnuda y descalza, sentí como soltaba a Nina de donde antes había estado ella, me hice el dormido, vi salir a Daniela y a Nina entrar por una puerta que al abrirla vi que era el baño, tardó en salir veinte minutos y dirigirse al ropero, desde mi posición no podía ver su interior y si a ella y verla dudar sobre que ropa ponerse, al momento la vi entrar, no tardando nada en aparecer, se había puesto un traje de falda y chaqueta gris perla, muy formal para mi gusto, con una blusa azul marino, traía unos zapatos de tacón fino en las manos, llevando sus piernas desnudas, me miró y como yo ya tenía los ojos abiertos...
Nina. -Buenos días AMO, espero no haberle despertado, me tomo un café y me voy, lo siento pero no tengo bragas ni medias, pero será la última vez.
No, no me has despertado, no pasa nada, ¿Cómo estás?
Nina. -Feliz AMO -casi con lágrimas-, gracias, gracias, ha devuelto usted a la vida a esta vieja esclava.
En cuanto acabes llámame, ¿te vas en coche?
Nina. -No AMO, mi chofer esta ya abajo, si le hace falta coger algún coche, Daniela sabe dónde están las llaves, con su permiso me voy, odio llegar tarde.
Eso me gusta PERRA, luego hablamos, voy a ducharme,
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mándame a Daniela.
Asintió y salió por la puerta con una gran sonrisa y una cara iluminada.
No habían pasado ni cinco minutos, cuando apareció Daniela con una bandeja donde llevaba una jarra con café y otra con leche, mientras lo servía con una mano, mi vista no se podía separar de ese diminuto pero a la vez perfecto cuerpo, lo que hizo que si ya de por si me levantaba empalmado, aún se me pusiese más dura. En ningún momento soltó la bandeja, mientras me tomaba el café.
Suelta la bandeja y sígueme.
Entre en el baño, que casi me caigo de espaldas, tenía una ducha enorme y dentro de ese espacio una bañera tipo spa, preciosa. Sabiendo lo que deseaba, entró antes que yo en la ducha, que en eso era como la de Olga, ya que desde el inicio el agua caía a la temperatura deseada, fue a coger una esponja, aún envuelta en su plástico... no la dejé, la aupé sin esfuerzo y de un solo golpe la dejé caer en mi polla, pegándola en la pared, empecé a entrar en su coño, que al contrario que el de Nina, entró sin trabajo. Sintiendo el agua correr por ambos, me la follé con fuerza, mientras la besaba y mordía, mordía sus largos pezones, que parecían que se iban a romper, notando como sus gemidos iban creciendo, notando como se corrió sin permiso, pegando su cabeza a mi pecho, su cuerpo sufrió un terremoto, soltando un grito de placer que despertó a Triana. Como yo no me había corrido aun, seguí un rato, viendo como esta entraba en el baño y sonriendo se apoyó en la puerta, llevando sus manos a su coño y tetas. Cuando noté que mi corrida estaba al llegar, sin ningún trabajo la levanté lo justo, para llevar mi dura polla a su culo y de un golpe seco la penetré, lo hice tan fuerte que casi se ahoga, abrió la boca para respirar y soltó un grito de dolor, volviendo a llevar su cara a mi pecho, era tan pequeña tan delicada, que me hizo estallar en un gran orgasmo, sintiendo como ella nuevamente se estremecía y se volvía a correr, quedándose desmayada en mí cuerpo. Triana se había ido acercando y mirándome esperó mi aprobación, y una vez dada, entró y pegándose a mí, dejando a Daniela en medio, empezó a besarle la espalda, dejándose caer de rodillas, lamio mi polla y su culo, aún a pesar de la corrida seguía dura, así estuvo un rato, hasta que Daniela se recuperó y mirándome con cara de culpabilidad y entrega...
Daniela. -Por favor AMO, déjeme sentir sus labios...
No la dejé terminar, llevé mi boca a la suya y la besé con ganas, mientras sentía como Triana, besando mi cuerpo se fue incorporando y unió su boca y su lengua a las nuestras. Las separé a ambas, y mientras Triana se dedicó a lavarme, Daniela fue dejándose caer de mi cuerpo, hasta quedar de rodillas frente a mi polla, y mirándome...
Daniela. -Por favor AMO, déjeme sentir sus labios...
No la
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dejé terminar, llevé mi boca a la suya y la besé con ganas, mientras sentía como Triana, besando mi cuerpo se fue incorporando y unió su boca y su lengua a las nuestras. Las separé a ambas, y mientras Triana se dedicó a lavarme, Daniela fue dejándose caer de mi cuerpo, hasta quedar de rodillas frente a mi polla, y mirándome...
Así terminó el último capítulo...
Esperó mi consentimiento y se llevó mi polla a la boca, sin usar las manos solo su boca su lengua, me hizo la mejor felación de mi vida, me hacía sentir sus dientes, con delicadeza, pero con firmeza, consiguiendo que mi polla reaccionara, que se volviese a empalmar, mientras sentía las manos y la boca de Triana, por el resto de mi cuerpo, tuve que hacer un verdadero esfuerzo para pararlas, porque ni yo quería, pero iba a ser un día largo.
Salid de la ducha, y de rodillas PERRAS.
Sin poder evitar su cara de desilusión ambas obedecieron, no podía evitar que me siguiera haciendo sonreír el contraste del diminuto cuerpo de Daniela, respecto a las demás, solo me giré sin salirme de la ducha, apuntado a sus caras a su cuerpos, me meé en ellas, aún no lo había hecho desde que me levanté.
Terminé de ducharme, mientras observaba como ninguna de las dos abandonaba su posición, esperando mi próxima orden.
Ducharos, os espero fuera.
Salí de la ducha, pasando delante de ellas, que hasta que no lo hice, ninguna se movió. Me sequé en la que iba a ser mi nueva habitación cuando estuviese en esa casa, mientras pensaba en los cambios que iba a realizar, para modernizarla un poco. Estaba ya vestido, cuando aparecieron e hicieron su entrada andado como lo que eran, mis perras, hasta postrarse ante mí.
Vestiros, vamos a salir los tres, vamos a ir de compras, mientras esperamos a la PERRA de tu abuela.
Daniela. -AMO, no tengo, como le dije anoche, medias, y tampoco pantis abiertos, eso era solo privilegio de su otra esclava -no sabía si al decir otra esclava, se refería a mí o a su antiguo amo-, y solo tengo unas bragas, que son las que uso cuando tengo la regla...
Ponte pantis, luego lo solucionaremos, no tardéis, os espero abajo.
Las acompañé por las escaleras, quedándose Triana en la segunda planta, por lo que intuí que el dormitorio de Daniela estaba en la planta baja.
Voy contigo PERRA, quiero ver tu dormitorio.
Atravesamos una cocina enorme, y entramos en una habitación grande, coqueta, limpia y ordenada, con baño propio.
Daniela. -Esta es mi habitación AMO, no sé si su esclava ya le ha hablado de mí situación, solo la uso desde que murió nuestro amo, antes las dos dormíamos en la habitación de arriba.
Ya me he dado cuenta que para él las dos erais iguales.
Daniela. -Salvo en la parte social o cuando estaban sus hijos, para él no existía distinción, hasta las tareas de la casa, la
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mayor parte del tiempo las compartíamos, solo a partir de saberse enfermo, cada una ocupamos nuestro lugar.
Me gusta saber eso, luego en la comida lo hablaremos, vístete, te espero en el salón.
Salí de su habitación, y entrando en el salón me encontré a Triana de pie esperándome, vestida con una falda a cuadros, tipo colegiala, y por las rodillas, unas medias negras, los mismos zapatos de tacón de todos esto días, no tenía otros, y una camiseta negra.
Triana. – ¿Vamos a coger coche AMO?
No, ya tendremos tiempo de ir a mi oficina en estos días, ahora vamos a desayunar en la calle y a comprar.
Apareció una preciosa Daniela, con un vestido de punto blanco por las rodillas, con el pelo suelto, poco maquillaje, que al igual que a Nani, lo que más le resaltaban eran sus ojos, y unos zapatos con un tacón impresionante de color negro, que hasta a Triana se le escapó un oh. Sin hablar me dirigí al ascensor, usando las llaves que me entregó Daniela, siguiendo las indicaciones de Nina, haciéndome saber que ese juego, era el más completo, pues era el de su antiguo amo. En la calle y al ver que junto al restaurante de la pasada noche, había una cafetería de la Campana, entramos y nos sentamos a desayunar tranquilamente.
Sin tratamientos Daniela.
Me miró con cara de extrañeza...
Daniela. -Lo siento, no estoy acostumbrada, AMO, espero que sepa disculparme si no se estar a la altura, jamás se me permitió en ninguna circunstancia tutear a mi amo o a quién estuviese con él.
Olvídate ya del pasado, a partir de ahora me perteneces, y harás y actuaras solo como tu AMA Olga o yo te digamos.
Agacho la cabeza y asintió.
Triana. -Es increíble Raúl, si hubieses conocido a mi abuelo, jamás hubieses pensado que era así, era encantador, de hecho más de una vez he oído a mis padres decir que mi abuela lo manejaba como quería, me sigue costando pensar otra cosa...
Es más normal de lo que piensas, protegía a tu abuela, y en parte no dejaba de ser su padre y tu abuelo, y por lo poco que he visto y oído, a tu abuela la quería con locura, pero ante todo era su esclava.
Triana. -Será cierto lo que dices, pero me cuesta... -sonó su teléfono-, es mi abuela, me parece que no tiene tu número.
Así era, me dijo que primero llamó a su hija y a su nuera, pero no las pudo localizar, y por eso llamó a Triana, que sin descolgar me lo pasó. Llamaba para decir que había terminado y como ordené, me llamaba. Hablamos un rato y como no tenía que ir a la oficina, quedé con ella al principio de la calle Sierpes. Cómo teníamos tiempo, desayunamos bien y tranquilos, logrando que Daniela se relajara, a lo que ayudó mucho, la forma de ser de Triana, jovial, abierta y muy cariñosa. Al entrar en la calle divisamos a Nina, que ya estaba esperándonos.
Nina. -Buenos días de nuevo, AMO
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-no lo dijo muy alto, pero tampoco se preocupó por si la oía alguien-, vamos a gastar, jajajaja.
Lo primero es lo primero, las tres necesitáis lencería, ¿hay por aquí alguna tienda? ¿o vamos al Corte Inglés?
Triana. -Para el día a día, aquí al lado está Intimissimi, pero si usted desea algo más exclusivo, tendríamos que ir al Corte Inglés.
Vamos a entrar, y vemos.
Tenían cosas bonitas, aunque nos costó encontrar medias para Daniela, por lo que casi acabamos con las que tenían, pues nos llevamos los quince pares de medias que tenían de su talla, elegimos también algunas medias para Nina y Triana, y donde más nos gastamos, fue en la lencería para las tres, aunque en el caso de Daniela, solo fueron bragas, gastar en sujetadores para ella era una tontería. La dependienta alucinaba, al ver como las tres me pedían el visto bueno a lo que elegían, a la vez que ellas se partían de risa, pero lo mejor fue ver como Nina y Triana, trataban como una más a Daniela. Nina y Daniela, está solo una bragas, estrenaron allí mismo, un conjunto así como unas medias, pagué y cargados de bolsas salimos de la tienda.
Nina. -Hacía tiempo que no me divertía tanto AMO, sé que soy una pesada, pero gracias.
Me alegro, me tienes gratamente sorprendido, luego hablaremos de eso, ahora vamos a comprarle ropa a tu nieta, que se merece unos azotes por tener tan mal gusto, jajajaja.
Nina. -En eso le ha salido a su padre, que es un soso en todo.
De tu hijo es otro tema que trataremos, y ahora te toca a ti pagar, que para eso es tu nieta.
Nina. -Me tenía que haber dejado pagar a mí AMO, lo que está haciendo por nosotras -refiriéndose también a Daniela-, no tiene precio, además de que mi vida ha sido del trabajo a casa y de casa al trabajo, desde que se puso enfermo mi marido, no he tenido vida social.
Eso ha sido capricho mío, y aunque lo entiendo porque ha sido toda una vida como esclava, teníais que haber vivido.
La conversación la estábamos teniendo mientras Triana y Daniela, iban escogiendo ropa, más bien Daniela, que me demostró que tenía buen gusto y estilo.
Nina. -Ahora le tengo que dar la razón, y como bien ha dicho, ha sido toda una vida de servir a mi marido, y salvo la parte laboral y porque fue expreso deseo de él, no he sabido avanzar.
– ¿Y Daniela?
Nina. -Mi marido al enfermar, le dio la oportunidad de ser libre, o de buscarle otro u otros amos, pero no acepto, prefirió quedarse, de hecho él en vida y para que mis hijos no malmetieran, que no digo que lo fuesen a hacer, le dejó la vida resuelta, y aunque no tiene carrera, sí que le dio una educación y los estudios suficientes como para que se pueda valer por sí misma.
Las cosas van a volver a cómo eran antes, y desde ya, ella es una más, volveréis a ocupar vuestra habitación, pero de eso
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hablaremos luego, ahora vamos a ver a estas dos, que son capaces de comprar la tienda.
Casi que era cierto, aconsejada por Daniela, se había hecho con varios vestidos, faldas, blusas y camisetas.
Triana. – ¿Me acompaña a probador AMO?
Lo dijo de una forma natural, y sin importarle que la dependienta la escuchara y se pusiera de todos los colores, pero viendo a lo que iba ascender la factura, no dijo ni pio, al revés, mientras Nani y Daniela seguían viendo ropa, muertas de risa, nos acompañó a los probadores, llevándonos al último, aun estando vacíos, lo que disparó mi perversidad.
Espérate, quiero tu opinión de cómo le queda la ropa a mi sumisa -se quedó clavada-, no cierres la cortina.
Triana sin dejar de mirarla, dejó caer la falda, esta se giró y cuando pensamos que se iba a ir, lo que hizo, nos hizo sonreír, abriendo una puerta, sacó una especie de biombo, que colocó delante del probador, lo que impedía que si entraba alguien nos viera. La dependienta tendría unos 40 años, no era nada agraciada, pero sí tenía unos pechos enormes, que disimulaba bajo la chaqueta negra del uniforme que llevaba, delgada y casi de 1.80 de alta, rubia y los ojos azules. Triana se probó varias faldas, hasta que le tocó el turno a los vestidos.
Triana. – ¿Me ayudas?
Con una tranquilidad que me sorprendió, pero con la respiración agitada, sus tetas se movían en demasía, se acercó y haciendo que Triana se diese la vuelta, le puso el vestido, acompañándolo con sus manos a través de su cuerpo, no pasando inadvertido para mí como con suavidad y descaro, le acarició los pechos.
– ¿Te gusta lo que estas tocando?
Dependienta. -Mucho SEÑOR, tiene usted una sumisa muy guapa.
– ¿Tienes AMO? -por como respondió di por hecho que era sumisa-, ¿o solo te gusta mi sumisa?, puedes seguir tocándola mientras contestas.
Dependienta. -No, tampoco sé si soy una cosa u otra SEÑOR, -mientras con descaro, amasaba y pellizcaba los duros pezones de Triana-, siempre me ha atraído este mundo, pero soy lesbiana, y cada vez que le he sacado el tema a mi mujer, me ha llamado loca.
De rodillas y cómele el coño.
Sacó sus manos del vestido y dejándose caer de rodillas, le subió el vestido y llevando su cabeza al coño de Triana, empezó a comérselo por encima de las bragas, hasta que le estorbaron y apartándolas, introdujo su lengua, haciendo que Triana se tuviese que morder una mano para que no se sintieran sus gemidos.
Córrete PERRA.
Sin dejar de morderse la mano, uso la otra para pegar aún más la cabeza de la dependienta a su coño, hasta que se corrió. Poco a poco fue recuperándose de la corrida, mientras la dependienta, se levantaba con la cara llena de los jugos de Triana, que al verla se lanzó a su boca, a su cara, saboreando sus propios jugos, hasta dejarla al borde del
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